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Quienes somos y donde venimos.

Sar ena se’ bite

 

Sr. Alejandro Swaby Rodríguez

Suretka, Talamanca, Limón.

 

Para los pueblos indígenas emergimos en medio del fuego y del agua, en medio de la luz y de las tinieblas, en medio del espíritu y de los elementos, lo que nos convierte en espíritu y elemento a la vez.

 

Cuando niño escuchaba con mucha atención lo que platicaban mi padre Alfredo Swaby Hidalgo y mi tío Carlos Daniel Swaby Hidalgo sobre la visión cósmica de nuestros antepasados.  Ambos fueron formados en las mejores escuelas de ingles de la época que tenían su sede en Bocas del Toro República de Panamá, ambos eran hijos de William Alexander Swaby Rusel, quién nació en Jamaica en 1852 propiamente en New Porty y se crio en Manchester Jamaica.

 

Emigro a Costa Rica en 1870, para trabajar en la construcción de la vía del ferrocarril de Limón a San José proyecto auspiciado por el empresario norteamericano Maynor Keith, durante ese período laboró con la compañía hasta llegar al pueblo conocido como Siguirres y ahí decidió abandonar el trabajo e internarse en las montañas para dedicarse a la actividad de la corta de hule (caucho) hasta llegar a la baja Talamanca y de ahí prosiguió su camino hasta la Alta Talamanca donde habitaban los pueblos indígenas bribrís y cabécares.  Ahí en estas majestuosas tierras donde se respiraba aire de libertad conoció a María Teresa Hidalgo con quién contrajo matrimonio en 1882 y muy pronto nació Alfredo Swaby mi padre en 1883 y mi tío Carlos Daniel en 1885.  Siempre admiré a estos dos personajes por su gran inteligencia y por la forma intensa en que convivieron esta etapa de sus vidas, hablaban a la perfección el Bribri y el inglés, además del español que aprendieron en el curso de sus vidas, eran personas estudiosas y muy analíticas que aprendieron a valorizar ambas culturas y en sus vidas le dieron el lugar y el valor que cada uno merecía.

 

Sus espíritus investigativos les llevo a integrar varias organizaciones y logias.  Siempre a mi padre le intrigo la coincidencia en muchos aspectos culturales de los Bribris y los Judíos en cuanto a dietas, prohibiciones, matrimonios, embarazos, alimentos y clanes.  Esta inquietud lo llevó a plantear su propia teoría y decía que estas manifestaciones en los pueblos no eran simples coincidencias y que deberían tener una explicitación que según él; tanto los Bribris y Cabécares salieron de Egipto durante el éxodo de los judíos en la época de los Faraones, encabezado por Moisés hacia la tierra prometida, viaje que duró cuarenta años, según consta en el Viejo Testamento de la Biblia.

 

Los Faraones no solo tenían cautivo a los judíos y a los Israelitas, sino a otros pueblos que aprovecharon esta oportunidad para escapar de Egipto, según la Biblia hubieron en el trayecto conos de rebelión entre la gente que salieron, lo que provocó que muchos pueblos no siguieron a Moisés y tomaron diversas rumbos ya que encontraron en el campo muchos frutos, plantas, hojas y animales que les sirvio de alimento.  De acuerdo a la geografía de la tierra en cuarenta años bien se le puede dar vuelta a la tierra más de dos veces, periodo que bien pudieron llegar a nuestro Continente.

 

Estos pueblos fueron formando pequeñas comunidades, a atreves de muchos siglos que llegaron a poblar el continente y sus Islas, todos con sus tendencias históricas y culturales de la Raza Cósmica de América.

 

Ahora es preciso que veamos el otro lado de nuestra historia, el de nuestra visión cósmica y cultural y que refleja el camino de la existencia de los pueblos Bribris y Cabécares narrada por mi tío materno Remigio Rodríguez Lázaro nacido en las Altas cumbres de las montañas de la cabecera del río Uren al puro pie del Gran cerro Kamuk propiamente en el sitio conocido como Pictuki.

 

Desde los ocho años lo estaban instruyendo por su abuelo paterno en los profundos conocimientos de formación de AWA, en la historia de nuestro pueblo y en los secretos culturales celosamente guardados por muchas generaciones.  En una ocasión siendo aún un niño acompañaba a su abuelo en la realización de una ceremonia en la cual se inauguraba como alumno en el estudio de AWA (doctor indígena) pero una vez terminada la ceremonia regresaba a casa con su abuelo, pero de repente una tragedia sucedió, el anciano tropezó con una piedra y su cuerpo rodó por el suelo por casi cuarenta metros, el niño a como pudo desafiando los obstáculos y el peligro bajó hasta donde se encontraba maltrecho y agonizante el abuelo, cogió unas estacas y apuntaló el cuerpo para que no siguiera rodando hacia abajo, miró a su abuelo y el anciano le dijo, siga el camino hijo y avísele a la familia que yo moriré, pero usted debe seguir su formación.

 

Al día siguiente que llegaron al rescate del anciano este había muerto ya nada se podía hacer.  Este niño continúo sus estudios con su padre y con otros ancianos de la comunidad que le enseñaron todos los secretos de la vida.

 

Convertido en un gran AWA en las tardes acostado en su hamaca con un guacal de chocolate y a veces chicha contaba muchas historias y cuentos de los dioses y explicaba como los bribris aparecimos sobre nuestras tierras, es decir narraba quienes somos y de donde venimos desde la cosmovisión indígena.

 

Decía que hace muchísimos tiempos cuando en estas tierras no existía nadie, solamente existían los dioses sobre el KERWA, entonces Sibu (Dios) llamó a los demás Dioses por sus nombres; Sula, Solburu, Dipakala, Akbo, Serke, Dalabulu y Siwo y les dijo cuidemos al ditsowo (semilla) entre muchos dioses llamó a Sulá, Dipakala, Akbo, Dalabulu y a Sorkula y escogieron una montaña que llamaron Sulayom y dijeron esta es la montaña sagrada donde formaremos al ditsowo y sin más preámbulo hicieron una gran olla de piedra, cortaron leña, trajeron maíz y Sibu le dijo a sula usted será el que forme al ditsowo, Akbo encenderá el fuego, Dipakala nos dará agua y empezaron a moler sobre las piedras la semillas de cacao y lo hicieron en chocolate y Sibu dijo este será la sangre del ditsowo y lo cocinaron en la cima de la montaña, trituraron la semilla del maíz y dijeron esta será la carne del ditsowo.  Seguidamente Sibu le dijo al Siwa dale aliento al ditsewo para que respire y llamó a Dalabulu para que vea la luz, para que el espíritu de sus ojos lo guíen y de esta forma emergimos mujeres y hombres para que el ditsowo se multiplicara.  Para terminar bien su obra y para el orgullo de mi pueblo nos dividió en clanes y estableció normas de respeto como guía en nuestras vidas, a cada clan le asignó un oficio y los instruyó para que supieran discernir entre el bien y el mal.  Pero también nos enseñó que todo lo que había sobre Iriria o Kerwa eran nuestros hermanos y que debíamos vivir como hermanos respetándonos mutuamente.  Por eso hoy estamos aquí y sabemos de donde vinimos.