|
|
|
|
Papacón
|
|
Sra. Dalia Fuentes
|
Bristol, Matina, Limón.
|
|
"La naturaleza
|
puede satisfacer
|
todas las necesidades
|
del hombre,
|
pero no todas
|
sus ambiciones"
|
|
M Ghandi.
|
|
|
CAPITULO I
|
|
Las sombras
de la noche jugueteaban con la poca luz del día que aún quedaba en el
bananal.
|
|
Con paso
lento, Natalio llevaba con gran dificultad el último tren de banano. Le molestaba saber que al llegar a la
planta, los trabajadores enojados porque ya era tarde, lo iban a recibir con
silbidos. Era la primera vez en su
vida de bananero que le tocaría "comerse la guaba" como le decían todos al
que llegaba de último.
|
|
__ Si no
fuera por esta maldita rodilla __dijo en voz muy baja__ casi entre dientes.
|
|
El dolor era
insoportable y no le permitía caminar, un sudor helado corría por su rostro y
por todo su cuerpo. Se sentía aparte
de enfermo, molesto, pues le parecía oír a todos los de la planta gritándole
y riéndose.
|
|
__ Natalio guabero, ja ja jaaa
|
|
__ Diay, ¿Qué te pasó? Te comiste la guaba. Ya no Natalio,
ya no.
|
|
El pensar en
eso le hacía caminar aunque le doliera el alma. No podía dejar botado el tren
¡jamás!
|
|
El, un
bananero de los viejos, que llevaban el bananal en la sangre, de los que
habían muy pocos y llegaban tarde. En
su tiempo fue único, todos lo respetaban, nadie llegaba más rápido que el a
la planta, y eso que cuidaba la calidad del banano al cien por ciento.
|
|
A las cuatro
y cuarenta y cinco estaba todos los días en la planta, para recibir las
órdenes del capataz, y... antes que el sol saliera, iba con su equipo
deslizándose veloz en su rola por el cable que lo llevaría a lo más profundo
del bananal, junto a Moncho Conga el cortador. Antes de las seis ya tenían dos trenes metidos
para cuando llegaran los de la planta... pero ahora...
|
|
... cada paso
que daba, iba chorreando un hay que se quedaba
rezagado en el cable. Era la primera
vez que iba contando las baldosas, ya no le faltaba tanto para llegar a la
planta. Tal vez un kilómetro o
menos. Una voz conocida lo sacó de sus
pensamientos.
|
|
__ Diay, ¿Qué te pasó?
Nos tenés asustados mae,
vos nunca llegás de último. ¿ya viste la hora que´s?
|
|
__ ¿Y como la voy a ver si ya es de noche? No ves quésta cabrona
pata mesta jodiendo desde hace días, y me la he´stado
aguantando pero hoy ya no pude más.
|
|
__ Dame acá,
yo lo llevo, y encarámate en el balancín atrás del tren de la fruta, yo te
jalo. Veni paýudarte.
|
|
Quiso decirle
que no, pero se dio cuenta que los tiempos de masticar orgullos se habían
terminado. Si no lo jalaba su viejo
amigo y compañero de trabajo tendría que pasar la noche ahí. Además Chapulín era fuerte y rudo como
muchos de ellos que se habían echo hombres bajo el
inclemente sol de la zona, o bajo grandes aguaceros durante hasta quince
días, en aquel tiempo que llovía casi todo el año, chapeando de sol a sol.
|
|
Sin pensarlo
más se apoyó en su amigo, arrojó un lastimero aaayyy
y subió de un salto a la hamaca.
|
|
Al llegar a
la planta nadie le silbó a como el esperaba.
Para eso se había ganado el respeto durante tantos años de ser un
trabajador responsable y era el comienzo de cómo terminan muchos después de
tantos años de rudo trabajo.
|
|
Cuando vieron
a Chapulín jalando el tren de fruta, todos creyeron que lo había picado una
serpiente. Varios compañeros corrieron
a ayudarlo a bajar del balancín y los desmanadores
se apresuraron a desmanar el tren de frutas, otros selectaban el banano y lo tiraban a la pila, para pasarlo
a una pana y sellarlo para luego empacarlo y pasarlo por la faja que lo
llevaría a cerrar las bolsas con ligas y después al carguillo para ponerlo en
la paleta y subirlo al contenedor.
|
|
__ Con fuerza
__gritaba el segundo capataz de planta__ motivando a la gente para que
terminaran pronto, pues el contenedor tenía que ser llevado al muelle de Moín donde esperaba el barco.
|
|
A las nueve
de la noche, oyó pasar el contenedor frente a su casa. Aunque estaba acostado tratando de dormir,
el dolor no lo dejaba conciliar el sueño.
|
|
Al día
siguiente iría al Puesto de Salud más cercano para que el doctor le diera
algo para el dolor y le dijera lo que tenía en esa jodida rodilla.
|
|
CAPITULO II
|
|
El ronco y
desentonado canto del pollo, casi gallo chiricano, despertó a Natalio muy de
mañana para ir a sacar cita.
|
|
Antes de
salir buscó el palo de una escoba vieja para apoyarse un poco en el. Su mujer no
podía acompañarle, pues le vendía comida a algunos
peones y tenía que mandar almuerzo.
|
|
Llegó al
Puesto de Salud antes de las cinco y habían más de
veinticinco personas adelante. El
dolor en la pierna lo hizo sentarse en una piedra y mientras tanto muchos que
llegaron después se le colaron en la fila.
A las seis llegó la señora que daba las citas. Dijo un buenos días entre dientes sin alzar
a ver a nadie. El hecho de ser ella la
que daba las citas la hacía sentirse en una posición muy superior a los que
estaban ahí esperando ser atendidos por su enfermedad. Después de unos minutos la fila comenzó a
avanzar y tuvo que levantarse a pesar del fuerte dolor en su pierna, que
movía trabajosamente. Al lograr llegar
a la ventanilla después de soportar tanto la secretaria se puso de pie y le
dijo:
|
|
__ Lo siento
mucho, pero ya no hay citas.
|
|
__ Pero
señora, yo falte hoy a mi trabajo y si vine aquí es porque realmente estoy
mal, esta pierna me duele mucho y...
|
|
__... no le
queda más que esperar a ver si uno de los pacientes no llega a la cita o tal
vez hablando con el doctor lo quiera atender.
|
|
__ Diay no queda de otra, __dijo él__
|
|
Se sentó a
esperar, no estaba en condiciones de ser orgulloso. El doctor llegó casi a las ocho de la
mañana y cuando logró ponerse de pie, ya estaba dentro del consultorio y tuvo
que pararse en la puerta para ver si podía interceptarlo cuando volviera a
salir del consultorio.
|
|
Esperó largo
rato de pie, a la orilla de la puerta, fue una espera dolorosa, pero al fin
salió. Y aprovechó para decirle:
|
|
__ Doctor es
que vengo muy mal de esta pierna, y hoy no pude ir a trabajar.
|
|
__ Tiene que
esperarse hasta que vea a todos los pacientes y siguió caminando dejando que
las ondas sonoras se encargaran de llevar el sonido a los oídos del enfermo.
|
|
El dolor era
insoportable y el pobre enfermo se acariciaba la rodilla sin lograr que esta
se aliviara, lo peor de todo es que el dolor no se puede ver, solo lo siente
el que lo tiene.
|
|
Hacía un
calor sofocante. Dos mujeres se
sentaron cerca de Natalio, que había escogido un lugar al lado de las verjas
para tener ventilación.
Inmediatamente, sin perder tiempo entablaron una conversación que
agobiado por el dolor y la bulla de ellas, creyó que estaba rodeado de
guacamayas.
|
|
__ Vieras
Maruja, que terrible, hace como quince días se pasó a vivir una mujer a la
casa de al lado que, la verdá, yo no se como pueden existir personas
de ese tipo, mira, es mal hablada sin ningún respeto, ni educación, ni moral,
viste, y que Dios me perdone, pero parece que se dedica a la vida mala. Anda toda chingoreta
y tallada y con esas tales minisetas y... ¡los
hombres que parecen!... pasan y se quedan viéndola como babosos, hasta que
abren la boca y se tropiezan y si van en bicicleta se van entre los
matorrales por irla viendo y ella les sonríe de un manera que... bueno toda
coqueta, descarada y pela dientes.
|
|
Aquella mujer
ni siquiera tomaba aire para hablar y sus palabras no fluían, mas bien arrasaban. Su compañera era igual, le quitaba el campo
una para seguir la otra, en una interminable conversación donde no había ni
un solo espacio de silencio.
|
|
__ Hay
Elvira, te compadezco, porque tener que soportar una persona así, viviendo
cerca de una, es chocante ,sofocante, repugnante, y no te creas, que la
vecina mía es más mañosa que la tuya, yo lo tomo como una prueba de Dios para
ver hasta donde llega mi bondad, pero a veces le
dan como las once de la noche conversando con un hombre y que tiene suerte la
condenada porque ya es bastante vieja y hasta fea, y solo hombres jóvenes
llegan ahí y que Dios me perdone porque vos sabes que yo sería incapaz de
algo malo pero... no son nada feos los condenados. ¡no
se que les da, pero pa´mi que´s bruja, la
condenada. Yo puse en la entrada de mi
casa tres cabezas de ajo con apazote, amarradas con un trapo rojo en la
puerta de mi casa pa ver si acaso no puede entrar
con sus mañas y engatusar al mío que nuéstá nada
feo y aunque no l´esabío nada hasta la fecha,
porque es muy serio y me quiere mucho y que sabe que cualquier cosa luécho de la casa, en la de menos la confisgada lécha maña.
|
|
__No, si yo
siempre lo he dicho. Este mundo esta
perdió, ya estamos en las últimas. Por
eso hay que ir a la iglesia, pa que uno aprenda a
comportase y que tanta sinvergüenzada es porque ya
viene el mero pisuicas.
|
|
__Que Dios
nos ampare. No creas, unque yo voy poco a la iglesia porque el viejo no me
deja, de vez en cuando voy a los ayunos, es que hay que ver como está este mundo de perdió, hasta que da miedo.
|
|
__ Si, mirá __dijo una de las cacatúas__ señalando con la boca__
esa flaca chingoreta que entró ahí__ es la hija de
mi cuñada. Hace poco se jaló torta y...
después se consiguió un patas vueltas que se juntó con ella, nada feo hasta
de ojos gatos el muchacho y fíjate que lo pior del
caso es que dicen las malas lenguas, que cuando se va pal trabajo en la
madrugada, hay un Juan vainas que le llega a la condenada muchacha, y ahí
donde la vez, no viene porque esté enferma, es que como ese doctorcillo no
está nada feo y que Dios me perdone, porque vos sabes que yo soy todo una
señora y n’u ando en esas cosas, pero se tiene unos
ojos... bueno ,como ti´ba diciendo a la flaca esa le
gusta al doctor y a qui´a cada rato quiere estar
haciéndose el papa o revisándose la T que porque siente molestias.
|
|
__ Hay... pobre
doctor, ¡ve, si es que este mundo está perdió!
|
|
Natalio se
encontraba al borde de la desesperación, sus compañeras de asiento, el dolor
de la pierna, el hambre, el calor, la sed, y ya hasta la cabeza le
dolía. Pero no podía irse y perder el
día y seguir con aquel dolor.
|
|
Fue atendido
cuando ya el doctor se iba a ir, una inyección le alivio de momento y pudo
llegar a su casa.
|
|
CAPITULO III
|
|
Isaías, un
joven de apariencia frágil, y blanco, muy blanco, andaba siempre cabizbajo,
era uno de los comensales de la mujer de Natalio.
|
|
Al terminar
la corta, llegó a buscar su cena.
|
|
__ Diay, ¿Cómo has seguido?
¿Cómo te fue hoy en el Puesto?
¿Cómo siguió ese dolor?
|
|
__ Me
inyectaron, y la verdá es que se me quitó. Y también me dieron unas pastillas y me
incapacitaron por una semana. Espero
recuperarme en ese tiempo.
|
|
__ ¡Que bueno! Trata
de descansar y no hagás desarreglos pa que no te vuelva el dolor otra vez.
|
|
__ Dios
quiera que no, porque ayer la vi peluda con ese tren de banano, ya hasta
estaba dispuesto a dormir en el bananal, y lo pior
del caso es que si no trabajo no como y no tengo a donde
meterme, porque me quitarían la casa pa dársela a
otro.
|
|
__ Lo que te
salva a vos es que no tenés carajillos, porque aquí
hay algunos que no les da el pago para nada y de feria les gusta la birra.
|
|
__ Ves a mi eso de la birra no me desvela pero lo de los güilas, ¡no
creas! No es una ganga, si me hubiera
gustado llegar del trabajo y que me estuvieran esperando para ver si les
traigo confites. ... pero diay... el condenado Nemagón. Como yo desde muy jovencillo trabajo estoy
en esta vara... y lo pior es que dijeron que nos iban
a pagar y las necesidades pasan y vuelven a venir y nada que nos resuelven y
de todas maneras los que menos agarramos somos los pobres, que no estudiamos,
esos de cuello blanco dicen que de por si los pobres estamos acostumbrados a
esta vida, y que mejor se dejan la plata ellos que si saben en que
utilizarla, a la altura Siempre soñé con levantarme en la noche y hacerle el
chupón a un chiquito y arrullarlo para que se volviera a dormir, y sentir que
ese cuerpecito frágil y delicado, era carne de mi carne, así, indefenso,
creciendo a la par mía, con ese olor a bebé.
Y pasó el tiempo, y la mujer y yo nos hicimos viejos, y nunca pudimos
disfrutar de un hijo, y fíjate, así le pasó a Zorro, y a muchos más.
|
|
__ Diay, carajo, __dijo Isaías__ con un deje amargo. __ así es la vida, mientras unos los desean
otros los dejan botados, la vida solo sirve ma´a
más que pa jodernos ¿merdá
que si?, y salió dejándolo sumergido en sus pensamientos...
|
|
CAPITULO IV
|
|
Después de la
semana de incapacidad, Natalio se presentó a la distribución, como siempre,
faltando quince para las cinco, al lado del capataz estaba el administrador.
|
|
Este era un
hombre alto y grueso, con cara de "gotas de hombre grande o "gavilana", áspero,
seco, frío, con mirada de cuyeo.
|
|
__ ¿Como está? __dijo secamente__ ¿ya esta
listo de nuevo?
|
|
__ Si, don
Luís, ya estoy mejor. Con las
pastillas que me dieron se me quitó el dolor en la rodilla.
|
|
__ A que bueno, porque aquel día salimos muy tarde del
proceso, por esa pierna suya y la verdá eso a la
compañía no le sirve. Por esa razón a
partir de hoy lo vamos a pasar al campo, de parcelero. Usté sabe que así
se la puede jugar mejor.
|
|
__ Pero... don
Luís, yo toda la vida, desde jovencito, he sido carrero, y no se como me puede ir con eso,
usted sabe, no podré meter mucho salario.
Ahí si uno no se pone las pilas, y si no está acostumbrado, no gana
nada.
|
|
__ Bueno
hombre __dijo el administrador__ el propósito es que se pongan las pilas y
que le dejen ganancias a la finca.
|
|
__ Bueno,
tendré que ver que hago, hay me acostumbraré al trabajo.
|
|
__ Eso es
bueno, me alegro mucho que piense así...
Entonces hable con Tilico, el capataz de campo, el
le asignará la parcela que de ahora en adelante usted tiene que asistir.
|
|
Después de
hablar con el capataz, el trabajador caminó por el bananal un rato. No quería subir al balancín. Pensó en sus años mozos, cuando llegó a la
zona. Venía de Guanacaste, apenas iba
a cumplir quince años, y aunque ahora no era un anciano, eran muchos los
miles de kilómetros recorridos desde entonces a la actualidad. Era el mejor carrero de la finca. Nunca en tantos años se había comido la
guaba, hasta que a esa jodida rodilla le dio por doler.
|
|
Llegó al área
asignada. A el
le tocaría a partir de ese día asistirla.
Tenía que deshijarla, rodajearla,
deshojarla, embolsarla, apuntalarla.
|
|
A pesar de
todo se sintió dichoso, pues aún conservaba el trabajo, y podría ponerse en
tratamiento médico para ver que tenía en la rodilla. Ya el doctor le había mandado una
referencia para que fuera al especialista.
Ese día su mujer había ido a sacar la cita a Limón, al hospital para
que lo viera un ortopedista y pronto podría ir a ver que
era lo que tenía y mientras tanto con pastillas la iría pasando.
|
|
El sudor
corría por sus mejillas de labriego sencillo, hacía un calor brutal, iba de
una mata a otra en la labor de rodaja, porque eso era lo que más precisaba y
hasta el administrador le consiguió el machete, porque el
tenía que comprar uno nuevo y despalmarlo, para poder usarlo.
|
|
De ahora en
adelante necesitaba chuza, lima, machete, escalera...
|
|
Un sopor
agobiante lo hacía desear la hora del almuerzo, pero no precisamente para
almorzar, si no para descansar en su hamaca bajo la sombra del viejo
almendro.
|
|
CAPÍTULO V
|
|
La corta
estaba por finalizar y los carreros regresaban con sus equipos para
guardarlos en la bodega.
|
|
Isaías estaba
por llegar a la planta, cansado, pero feliz de haber terminado con la dura
faena de aquel día, cuando el balancín se deslizó cayendo del cable a tres
metros de altura.
|
|
Solo sintió
las trece rolas golpear su cabeza y luego la sangre caliente bajando por su
cara. Cuando intentó ponerse de pie
una sensación de lejanía y bienestar le envolvio. Nadie se acercó a ver que le había
sucedido. El rodinero
lo observaba a cierta distancia.
|
|
El instinto
de supervivencia lo hizo llegar hasta la bicicleta y como pudo llegó a su
casa.
|
|
Tenía abierto
desde la frente hasta el remolino. Su
vecino Lindor muy amablemente lo llevó hasta la
clínica.
|
|
Aunque la
fila era pequeña, tuvo que esperar un poco, luego lo pasaron al consultorio y
después de examinarlo el doctor le dijo: lo siento pero no puedo hacerle nada
pues esto le corresponde al INS, pues fue un accidente laboral.
|
|
Siendo ya
tarde, no lo podían atender tampoco en el INS hasta el día siguiente, por lo
que Isaías se fue para su casa a reposar el mareo en su cama.
|
|
Toda la noche
pasó delirando por la fuerte fiebre y ya en la madrugada su familia creyó que
no pasaba la noche, por lo que se dispusieron a pedirle a Dios que lo sanara.
|
|
La madrugada
fría y oscura trascurrió tranquila... Isaías se había dormido como un niño desvelado.
|
|
A las 5 de la
mañana, se despertó y se dio un baño para ir al INS, luego fue a enseñar la
herida a su mujer a lo que ella exclamó:
|
__Pero... si no
tenés nada, ni in solo agujerito por donde te haya
salido un poco de sangre.
|
__Eso no es
posible, porque ayer, la sangre me corría a chorros por la cara.
|
__Y yo te ví la herida y mucha gente, y el doctor... ¿Qué pasó?
|
__No sé... pero
creo que fue la oración, eso fue un milagro.
|
|
Aquel hombre
sencillo, sin dinero para ir a un médico particular para atender su herida, y
sin mucha fe para ser sanado, fue tocado aquella madrugada por la mano
misericordiosa del Dios que todo lo puede y que hizo cada membrana, cada
célula en el hombre.
|
|
Después de
aquello se fue a la finca a decirle al administrador lo que había pasado,
pero este al verle su cabeza totalmente sana solo volteó para mirarle con
desconfianza y enojo.
|
|
__Usted es un
mentiroso, lo que quería era no venir a trabajar ¿no ve que no tiene nada? y
así quiere que yo lo mande al INS.
|
__Yo no estoy
mintiendo, y si usted no quiere mandarme, nada más me presento a trabajar
mañana, o liquídeme, es cosa suya.
|
|
Isaías salió
de la oficina y se dirigió a su casa. Un
tumulto de pensamientos se arremolinó en su cabeza, que difícil era para Dios
mostrarle al ser humano que estaba con el, pues en
medio de tanta oficina, institución y papeles se perdía la fe de los hombres.
|
|
CAPITULO V
|
|
Los primeros
rayos de luz cayeron sobre la verde alfombra y las avionetas de riego aéreo
ya surcaban el aire, como un relámpago pareciendo que iban a rozar el banano.
|
|
Como saliendo
del amanecer, otra avioneta salió en dirección contraria, muy cerca de la
primera...
|
|
Sus pilotos
venían de una base donde cargaban y abastecían de combustible, en Luzón. Eran viejos e inseparables amigos y tenían
muchas, pero muchas horas de vuelo y siempre bromeaban sobre quien era más
diestro para realizar maniobras en el aire., porque en aquella labor no era
simplemente pasar muy bajo sobre la plantación, sino quien era más diestro
para evadir los tendidos del cableado eléctrico., en los diferentes poblados
vecinos a las fincas.
|
|
Las dos
avionetas tomaron altura y se alejaron una de la otra y luego, los
trabajadores que ya se encontraban realizando las labores y algunos vecinos
del poblado que ya estaban despiertos, vieron aterrorizados como venían a
gran velocidad hasta toparse y pasar peligrosamente una al lado de la otra,
quedando pegadas de un extremo de las alas.
Siempre realizaban esa acrobacia, era solo un juego peligroso de los
pilotos, pero en esa ocasión se desplomaron.
|
|
El estruendo
fue terrible. Cayeron a solo
trescientos metros del área poblada y muchos de los vecinos que aún dormían
se tiraron de sus camas creyendo que era el día del juicio final.
|
|
Los
trabajadores corrieron para ver en que podían ayudar, si era posible brindar
alguna ayuda.
|
|
Una de las
avionetas había quedado destrozada en el bananal, la otra solo una parte
conservando en mejor estado la parte donde viajaba el piloto, que aún estaba
con vida.
|
|
Intentaron en
una forma rústica y apresurada, levantar los escombros, y algunas latas
retorcidas, hasta que llegaron a él.
Se encontraba consciente, tan consciente que sus lamentos eran
desgarradores.
|
|
La ayuda de
la cruz roja y los bomberos no se hizo esperar.
|
|
El dolor se
paseaba por el bananal. Todo era
silencio, solo la sinfonía fúnebre del mismo silencio que reinaba en aquel
momento al contemplar aquel cuadro dantesco, que se presentaba a la vista de
los que venían a ayudar de los curiosos y de los familiares que llegaron
apenas se dieron cuenta del suceso, pues vivían en Batán, una comunidad
cercana.
|
|
No tardaron
mucho en liberar al piloto que se encontraba entre las latas retorcidas y la
esposa emitió una sonrisa de satisfacción en medio del dolor pero que
desapareció en el acto, cuando el casi poseído por la locura producto del
inmenso dolor, pedía a gritos que le cortaran el brazo que le colgaba
destrozado para abajo del hombro, sostenido tan solo por un pedazo de
músculo.
|
|
A pesar del
impacto brutal contra el suelo, uno de los pilotos había sobrevivido, pero
las garras maléficas del dolor le trituraron hasta exprimirle la vida.
|
|
El verde del
bananal se tiñó de rojo y los zanjos se llenaron de
líquido para fumigar.
|
|
CAPITULO VI
|
|
Los
imponentes cerros azules que coronaban el verde manto que cubría las
llanuras, escondía el sol que vestía de naranja y oro la esplendorosa tarde,
que pronto daría paso a las sombras de la noche.
|
|
El
administrador de la finca se dirigía hacia su casa, para darse un baño y
salir como todas las noches al poblado más cercano en busca de licor y
aventuras fáciles.
|
|
En el
corredor de su casa, se encontraba su mujer, leyendo un libro. Era blanca, de pelo negrísimo y crespo, un
crespo suelto que colgaba por su espalda.
A pesar de ser un poco madura, era de una apariencia agradable. Cuando vio a su marido se levantó para
recibirlo.
|
|
__ ¿y
vos? ¿Qué estas
haciendo aquí?__ dijo en un tono áspero.
|
|
__ Te estaba
esperando.
|
|
__ Ahh, ¿y no podías esperarme adentro? ¡Claro!
Seguro estabas esperando a que pasara algún cabro tuyo. ¡Sós una...! Ya te he dicho que no me gusta que estés
afuera. Yo no quiero que los peones
anden hablando pajas de mi mujer.
|
|
__ Es que
estaba aburrida de estar encerrada y...
|
|
__ Anda, no
quiero encontrarte otra vez en el corredor.
Ponete a hacer algo, si te vuelvo a
encontrar aquí o en el patio, te vas a tener que atener a las consecuencias
después dicen que uno es malo.
Alístame rápido la ropa, que voy a salir.
|
|
__ Por favor,
no vengas tarde, es que no me gusta estar todo el día y la noche sola.
|
|
__ A sí, ni
que fuera un güila para que me tengas que decir a la hora que tengo que
llegar.
|
|
__ Si no es
por eso __dijo la mujer intentando hacerlo entender__ es que casi siempre
venís de madrugada nada más para irte a la distribución del personal y paso
todo el día sola, nunca puedo hablar con vos.
|
|
__ No jodás, seguro con ese cuento me vas a tener aquí, pegado
a tus chingos y encerrado__ y cubriéndose casi todo el cuerpo de agua de
colonia se fue. Las horas fueron
pasando como si les fuera muy difícil desprenderse del tiempo, y la soledad
golpeaba con la mayor crueldad a la mujer, le golpeaba su mente hasta hacerla
enloquecer de dolor. Después de dar
vueltas y más vueltas en su cama, se levantó para ir al baño y luego... se
dirigió al ropero, un pensamiento oscuro, tenebroso brotó de su mente
aturdida por un sin fin de noches de soledad y un montón de días tristes sin
tener a quien contar sus penas... ¡en el ropero estaba la solución a sus
problemas!... abrió la puerta y levantando su mano buscó en la parte de
arriba... ahí estaba.... ¡si! esa era su solución! Y... tomando la botella en su mano le quitó
la tapa y bebió, bebió hasta que se dio cuenta que estaba vacía.
|
|
Cuando la
quitó de su boca, sentía que todo por dentro le quemaba, un calor corrió por
sus venas y envolvio su rostro, todo giraba a su
alrededor. Se sintió idiota, muy
idiota, el licor no había logrado que le diera sueño y los pensamientos
fluían haciéndola sentir mas infeliz... se unió a
aquel hombre creyendo que sería el compañero que espantaría su soledad de
mujer madura, después de que se había dedicado a cuidar a su madre enferma
durante toda su juventud, sin casarse, ni aceptar a nadie que le ofreciera su
amor, solo quería que su madre se sintiera bien... pero, al morir ella se quedó
tan sola, todos sus hermanos estaban casados y vivían lejos, y jamás
aceptaría irse a vivir con sus cuñadas, pero... ¡que sola se sentía! Siempre pasaba sola en la casa esperándolo,
el nunca pasaba con ella, ni de día ni de noche, ni los fines de semana, ni
los días feriados.
|
|
Cuando ya
amanecía reconoció el sonido del carro.
|
|
__ Ya viene
__dijo la mujer__ Voy a abrir la
puerta... pero solo pudo sostenerse del llavín de la puerta del cuarto y
sosteniéndose muy fuerte de ella para no caerse, esperó. Su marido tenía llaves y entró,
encontrándola en el suelo tratando de pararse inútilmente.
|
|
__ Diay ¿Qué te
pasa? ¿No me digas que tomaste? ¡Vieja más loca!__ y viendo el litro de
Flor de Caña en el suelo dijo asustado:
|
|
__ ¿De verdad
estabas tomando?
|
|
__ Si... peroooo... solooooo uuun poquito, yooo voooyyy a tomarr soociiiallmeentee, ssseeree´, uunaa tomadora social, solo toomee´paaaraa
dormirme...
|
|
__ Aja con
razón estás dormida vieja loca, Veni... __dijo
tiernamente en un gesto desabitual en el y tomando
entre sus brazos a la mujer+, la llevó a la cama... Su mirada se veía cargada
de una inmensa culpa.
|
|
__ Vieja
prométame que no lo va a volver a hacer, no se que le pasa, si yo la quiero. Usted nunca ha tomado, ¿Qué le pasa? No ve usté qu´l hombre es pa la
calle. Austé
aquí en la casa no le falta nada y yo no ando en nada malo, solo ando tomando
con los amigos pa desestresarme
del trabajo. A las mujeres yo las veo
como árboles, pa mi solo usté existe.
|
|
Pero la mujer
ya no lo oía, aquel era el mismo tropel de palabras vanas, que estaba
aburrida de escuchar todas las noches.
|
|
CAPITULO VIII
|
|
El Rubí, era
una de las numerosas fincas bananeras que había en el cantón. Un cable cruzaba de lado a lado, cientos de
hectáreas, por donde se trasladaba el banano desde el más remoto rincón hasta
la planta empacadora. Los bananeros
caminaban a paso rápido cuidando de no maltratar la fruta, hasta colocarlo en
el patio cercano a la pila en la planta empacadora, donde sería desmanado, luego seleccionado para empacarlo en cajas que
serían cargadas en un contenedor que o por carretera o por la línea del
ferrocarril sería llevado a Puerto Moín y ahí una
grúa se encargaría de cargarlo en al barco que lo llevaría junto a muchos
otros, a países lejanos.
|
|
Todo aquel
proceso, desde la plantación hasta el muelle, se podría decir que por la gran
fuente de trabajo, y el impuesto al banano estaba generando un gran progreso
a la provincia y a los cantones productores, pero por sobre todo a la familia
y a las personas que pertenecían desde muy jóvenes, como súbditos de aquel
gran imperio.
|
|
Limón desde
muchos años atrás, llamó la atención de muchos personajes de la capital y
extranjeros por sus fértiles llanuras y por su ubicación en el mar Caribe y
desde la construcción del ferrocarril al Atlántico, las tierras que estaban a
ambas orillas de la línea fueron concedidas en pago a la deuda de la
construcción de dicho ferrocarril y las plantaciones de banano comenzaron a
surgir , donde desde entonces a lo único que pueden aspirar los trabajadores
es a un trabajo donde ganar el sustento.
Miles de hectáreas de bosque, igual que entonces, ruedan por el suelo
que pronto será desierto y muchas especies mueren de hambre y sed al ser talada
la montaña y los ríos pierden su cauce natural, y la mayor parte de la
montaña es arrastrada por los ríos hasta su desembocadura creando barras que
tapan la boca.
|
|
La mayoría de
los proyectos en estos lugares son aprobados sin hacer realmente estudios de
impacto ambiental porque van adornados por billetes nacionales o
extranjeros. El pueblo no habla, no
lucha, ya no hay sindicatos que defiendan a los trabajadores porque muchos
líderes se han vendido y porque saben que las palabras se las llevará el
viento. Todo es silencio, ya nadie
quiere hablar. El miedo impera. Las represalias surgen y el límpido azul de
nuestro cielo glorioso es manchado por el desacato a las leyes del que más
puede y que aún se escuda en ellas para apartar del camino al más humilde.
|
|
La voz de los
valientes es callada. Las puertas de
las oficinas están cerradas o quien las atiende no tiene tiempo para atender
y darle cuentas al pueblo.
|
|
La finca el
Rubí era una mas de un grupo numeroso de fincas que
pertenecían a un poderoso consorcio nacional y en su mayoría estaban ubicadas
en el cantón de Matina, y como es de suponer nuestra tierra había
cambiado. Ya las palabras de Aquileo J
Echeverría con respecto a nuestra zona, habían pasado a la historia:
|
|
"Ahí llueve
todo el año,
|
Vive uno como
las ranas,
|
Y hay un calenturiambre,
|
Y un
culebrero y un agua.
|
|
Que
escribiría este autor si viera nuestra zona ahora con aquella extensión
bananera incontrolable, que hacía sentir en los habitantes las consecuencias,
el resultado nefasto de no planificar ni pensar en las consecuencias del
impacto. Calores, insoportables
alergias en trabajadores, niños y mujeres, ojos irritados y cortos de vista,
niños asmáticos, hombres y mujeres estériles y ríos contaminados.
|
|
Y todos
preferían callar, el silencio era total.
Tenían miedo a perder el trabajo, o las ayudas, tenían miedo a las
represalias.
|
|
Mientras el
hombre callaba la naturaleza gritaba. Gritaba... con gritos desgarradores,
pero... nadie escuchaba, nadie le ayudaba a gritar. Todo era silencio.
|
|
Una vez más
las dragas botaban todo a su paso y la finca se extendía cada día más y
aunque hacían grandes campañas publicitarias diciendo lo mal que estaba el
precio del banano y como era necesario recorte de personal por la caída, así,
mientras... anunciaban que el precio del banano estaba por el suelo... y seis dragas
se movilizaban para habilitar un terreno que constantemente era azotado por
las llenas y dejaban el cultivo inservible, un terreno pequeño, era
totalmente protegido con altos diques y canales, mientras que las comunidades
eran abatidas por las aguas cada vez que el río se salía.
|
|
La montaña
continuaba cayendo, los perezosos morían al no poder trasladarse por las
grandes extensiones de terreno arado y al descubierto bajo el sol candente...
los monos se iban buscando alguna pequeña extensión de terreno con montaña de
algún negro conservador que no había querido vender su tierra a las
bananeras, pero al estar aislados, y entre las bananeras eran afectados por
los riegos aéreos y la contaminación del agua de los canales donde iban a
saciar su sed. Y en esos canales
morían los peces, los camarones, y otros animales acuáticos. Aquellos canales contaminados por los nematicidas, caían al río contaminando sus aguas...
|
|
CAPITULO IX
|
|
Los
trabajadores de la planta entraban antes de las seis de la mañana.
|
|
Ese día iba a
ser como todos los demás...muy agotadores.
Llenar seis contenedores no era tarea fácil, así el que iba llegando
iba tomando su puesto, las mujeres que desfloraban iban y venían, dejando la
fruta próxima a la pila y buscando inmediatamente la que le seguía sin perder
tiempo. El dedo pulgar de cada una
estaba agrietado y dolía, dolía , pero había que continuar, porque casi todas
las que trabajaban en eso eran jefas de hogar y necesitaban el dinero para
ver a su familia, para llevar el sustento a sus hijos.
|
|
Martina, la
paisa, como le decían todos, aunque tenía muchos años de vivir aquí... era
diestra en su trabajo y también sabía hacer muchas labores. En un tiempo fue ligadora,
pero como se le entumían los dedos después de tanto trabajar en eso, le
dieron el trabajo a Gelda, una mujer cuarentona,
muy blanca y de piel arrugada. Su
cuerpo delgado era cubierto por un estrecho vestido, que por lo corto, en
cualquier movimiento o momento, enseñaría parte de su ropa interior, y... ella
disfrutaba cuando a cada uno de sus movimientos, un trabajador del carguillo
que había comenzado hacía pocos días, quedaba como hipnotizado esperando otro
movimiento, para tratar de ver más.
|
|
__Póngale,
póngale __le gritó el capataz al joven casi al oído__ si quiere ver calzones,
vaya al Viajero.
|
|
Al escuchar
el grito el joven volvio en si
y continuó con su labor, pero cuando el capataz se fue no pudo resistirse al
espectáculo y volvio a caer casi en trance.
|
|
Así pasó todo
el día...No podía controlar aquello.
|
|
Sus
compañeros, viejos de trabajar en esa finca y conocedores de Gelda, ya ni la tomaban en cuenta. Conocían perfectamente los colores y
encajes de los pantis que tenía, pero... para el joven inexperto y nuevo de
trabajar ahí, estaba a punto de caer, en la tela que ella había tejido
durante el día.
|
|
Al finalizar
la labor, llegó el chapulín por ellos, procuró sentarse al lado de la mujer,
y ella sabiendo que estaba a punto de lograr la conquista se desbordaba en
gestos y poses insinuantes. Solo tenía
que esperar, y ella sabía que el día vendría.
|
|
El fin de
semana llegó y también el pago y el nuevo trabajador no hizo esperar la
invitación.
|
|
__Gelda ¿A dónde pensás ir hoy?__
preguntó con gran ansiedad el joven.
|
|
__No sé, no
tengo nada planeado, tal vez vaya al Anzuelo un rato a tomarme unas birras.
|
|
__Pues que te
parece si vamos al karaoque a La Cuca.
|
|
__Y ¿en que vamos?
|
|
__Yo pago
carro, por mi te llevaría más lejos, pero como estoy empezando...el pago no me
vino muy bueno.
|
|
__ ¿De
veras? Después no te quites, porque yo
si me voy con vos__ dijo la mujer acercándosele y rozándole con sus labios el
cuello, que hizo al joven crisparse todo.
|
|
__ ¿Estás
hablando en serio?__ dijo el joven en estado de éxtasis.
|
|
Era lo que Gelda se proponía, ya se sentía dueña de la situación.
|
|
El joven se
dirigía al chapulín que esperaba para llevarlos a retirar el pago, y lo
interceptó el capataz de planta.
|
|
__Lo andaba
buscando, aquí esta su boleta, ahora que pase a la
oficina cobra todo
|
|
__ ¿Que pasó? ¿Por
qué? No entiendo.
|
|
__Se nota que
no entiende, usted pasa más rato viéndole los calzones a Gelda
que en su trabajo.
|
|
__... Pero
este... yo...
|
|
El capataz lo
dejó hablando solo. Un barullo de
pensamientos inundó su mente, tenía que pagar la comida y guardar algo para
mientras conseguía trabajo, y... ¿Gelda? Si la llevaba al karaoque
se quedaría sin dinero y... aunque tal vez lo aceptara sin tener que llevarla a
alguna parte.
|
|
Cuando estaba
haciendo fila en el pago la vio, ya ella lo había retirado, y pasó muy cerca
de el, insinuante.
|
|
__ ¿Que Macho? ¿Vamos
a ir a la Cuca?
|
|
No pudo
decirle que no, a lo cual contestó:
|
|
__
¡Claro! A las siete llego por vos.... Y
a las siete llegó en un taxi. Aquella
mujer lo tenía como loco.
|
|
Regresaron a
las tres de la mañana, Gelda se quedó en su casa y
el regresó a los baches.
|
|
El domingo, a
la hora de almuerzo, dijo la fondera extrañada:
|
|
Que raro, el comensal nuevo, el machillo,
hoy no ha venido por acá, ni a desayunar, ni a almorzar.
|
|
__Será que se
fue __le dijo uno de los comensales__ Ayer lo liquidaron y dicen que en la
noche se fue con Gelda a un karaoque
allá en Batán.
|
|
__Hay no
__dijo la cocinera__ esta jodida mujer ya no es la primera vez que me hace
algo así engatusa a los trabajadores nuevos y se los lleva pa sácale los cinquillos que se ganan y a mi me dejan tirando tablas, tengo que hacer algo con esa
condenada, va a ver, voy a ir a Cieneguita donde el brujo pa
que la espante, si no me va a dejar en la calle.
|
|
CAPITULO X
|
|
El esperado
día de la cita con el médico llegó.
Natalio salió en el bus de las siete, tardaría como una hora llegar a
Limón. Lo único que quería era que su
pierna mejorara para seguir carreando.
El trabajo de parcelero no le daba suficiente para sostener a su
familia y el embolse era el trabajo más repugnante, todos se quejaban de lo
mismo.
|
|
Las bolsas
que protegían las frutas de los insectos, tenían algo para repelerlos y a los
trabajadores les provocaba náuseas, alergias, dolor de cabeza.
|
|
A él en
particular le producía dolor de cabeza y náuseas pero no le decía al
administrador porque ya lo había escuchado cuando otros trabajadores le
decían, los síntomas que les daba el embolse y la respuesta de él:
|
|
__Si es que
parecen quinceañeras, no parecen hombres y aquí en esta finca o se hacen
hombres o que jalen para otro lado.
|
|
Era por eso
que todos callaban lo que les producía el embolse, porque se sentían muy
hombres y porque a la edad que tenían no les darían más trabajo en otra
finca...
|
|
Al llegar al
hospital entregó su carné y su orden patronal a la secretaria.
|
|
__Siéntese
señor y espere que llegue el doctor__ dijo despectivamente la secretaria.
|
|
Buscó un
asiento cerca de los ventanales que daban al mar. La brisa movía las palmeras y entraba por
las celosías abiertas refrescando un poco el ambiente.
|
|
Solo en esas
circunstancias podía ver el mar, nunca tenía tiempo ni dinero.
|
|
Era algo tan
diferente contemplar el azul del mar en constante movimiento y recibir la
fresca brisa, con aquel aroma marino a estar todo el día en el calor
sofocante del bananal, de aquel océano verde que se agitaba solo cuando una
ráfaga de la brisa que venía de las montañas agitaba sus hojas. Cuando estaba vigilando el riego aéreo
desde la torre siempre se le semejaba un océano verde, pero el mar era como
contemplar una prolongación del cielo en la tierra.
|
|
La voz de la
secretaria lo transportó a la tierra de nuevo.
|
|
__Señores,
acaba de llamar el doctor diciendo que está ocupado y que no puede venir
todavía, que deben esperar una hora más.
|
|
Contempló su
reloj al sentir un aviso en su estómago, ya era la hora de almuerzo.
|
|
Salió a
buscar algo de comer, que estuviera al alcance de su bolsillo, se compró dos patís y una "agua de sapo" bien fría.
|
|
Caminó por el
tajamar y cuando se dio cuenta estaba frente al Parque Vargas. Inmediatamente se regresó y al llegar al
hospital entraba el médico.
|
|
Llamaron a
unas cinco personas y luego a él.
|
|
Al salir del
consultorio entregó el expediente a la secretaria.
|
|
__Vea señor,
para sacar estas placas tiene que venir a sacar cita a rayos X y aquí está
para que retire sus medicinas en la farmacia y déme
el carné para ponerle su cita, es dentro de seis meses.
|
|
Pasó a la
farmacia a retirar las medicinas, y después de dos horas, le dieron dos
paquetes con diez pastillas de acetaminofén y cinco inyecciones de voltarén.
|
|
Casi a las
seis de la tarde fue llegando a su casa.
Se acostó en su hamaca bajo el almendro y se durmió, la caminata desde
el hospital hasta el parque le había maltratado la rodilla y ni el
acetaminofén se la aliviaba.
|
|
CAPITULO XI
|
|
Aquella
tarde, al terminar el proceso, el administrador se acercó a Gelda y le dijo algo al oído a lo que ella respondió con
una sonrisa de complicidad y coquetería moviendo la cabeza en un si
silencioso.
|
|
Al finalizar
la corta no esperó el chapulín y caminó hasta su casa para cambiarse de
ropa. Muy pronto el carro del
administrador pasó al frente, cuando Gelda entró en
el inundó todo el ambiente con perfume Mil Flores, al pasar por la casa de
administración aumentó la velocidad, aunque le daba lo mismo que su mujer lo
viera, pues siempre había una excusa para que ella se resignara.
|
|
Como siempre
su mujer lo esperó hasta las tres de la mañana a que regresara. Escuchó el carro entrar al cuadrante y
cuando se parqueó frente a la casa de Gelda y
también a la hora que volvio a arrancar para
dirigirse a las casas de administración, y al entrar le dijo:
|
|
__ ¿Que estás haciendo, despierta a esta hora? Cuantas veces te he dicho que te durmás, que no me esperes. Anda a dormir que yo no quiero desayuno.
|
|
Pidió ropa
limpia y se metió al baño, luego se fue a la planta a la distribución.
|
|
La pobre
mujer se sentía desesperada, no sabía que hacer y
sabía que su marido no era solo con esa que andaba, eran muchas otras con las
que pasaba la noche, menos con ella.
|
|
Esa mañana
estaba esplendorosa y salió al patio a podar sus rosas, desde el bananal
Carlos Antonio y dos peones mas la observaban y uno
comentó:
|
|
__ ¡que bruto
ese viejo! Anoche se fue a tomar con
la Gelda y cuando regresó se quedó en la casa de
ella, sabiendo que está tan cerca de la casa de él. Seguro se durmió, porque cuando él salió ya
nosotros nos estábamos alistando.
|
|
__Ese roco
está loco. Cambiar a esa señora por la
vieja esa, es como despreciar bistec para comer solo banano hervido. Viejo bruto, no aprecia lo que tiene, su
mujer se ve tan fina, tan delicada, tan seria, que...__dijo Carlos Antonio con
su mirada fija, como en otro mundo.
|
|
__ ¿Que,
qué?... veo como que te inspiras mucho con los atributos de la señora__ le
dijo el otro ¿no me digas que le estás haciendo números?
|
|
__No fregués vos, como le va a hacer uno números a esa mujer,
nunca podría sacar la cuenta, solo que el corazón es un idiota y se cree
cosas que van contra la razón. Que le
va a hacer caso ella a un peón de bache, con lo bonita, fina y educada que se
ve que es, si mas bien su piel se parece a esos
adornos chinos, ni parecida a la piel de uno toda dura y curtida de llevar
sol. Siempre que me mandan aquí paso
esperando a que salga a sacar la basura o a ver sus flores, pero se que es imposible, solo es un sueño.
|
|
__Tal vez
no__ dijo el compañero __al ver como su compañero sin percatarse había puesto
su corazón al descubierto, como deseando tirar afuera aquel sentimiento
oculto que se le apresaba en el alma.__ lo que pasa esa mujer no creo que sea
algo muy bonito o ¿no te has dado cuenta que ese hombre nunca pasa con
ella? Pareciera mas
bien que le tiene miedo de lo linda que es o que no se siente lo suficiente
hombre para una mujer como ella, como que se siente chiquitico, es un animal,
un bruto, ese hombre llega a las tres de la mañana y de una vez sale para
verse en la oficina con aquella nica del cuadrante o se va a tomar con Gelda y regresa solo para irse a trabajar y en la tarde
se va a tomar guaro y los fines de semana y feriados sale desde la mañana y
dicen que tiene una mujer en Guápiles o si no se va para el Viajero, pero con
ella no pasa a ninguna hora. Esa pobre
mujer siempre pasa sola y encerrada, dicen que no la deja ni sentarse en el
corredor, ni salir al jardín.
|
|
__Pero... no
hay oportunidad de hablarle, cuando ella tiene que salir el maldito la manda
con el chofer que es su perro fiel y le advierte que no la deje sola, que
vaya donde ella va. Pobrecilla no se pa´que la cuida tanto si ni la quiere.
|
|
__Animal que
es. Lo que le gusta es mostrarla como
trofeo y que es el dueño y con lo bestia que es no sabe como
tratar una mujer como esa. Si se da
cuenta que hoy estuvo en el patio le va a armar un traido.
|
|
__Si yo
pudiera acercármele __dijo Carlos Antonio__ se ve tan suave, tan interesante
y tan... tan sola.
|
|
__Tené
cuidado, dicen que al peón que ve viéndola mucho lo bota.
|
|
__Pa lo que me importa, pero no creo que sea tan cabrón...
pero puedo trabajar en otro lado, no estoy manco, solo que no la volvería a
ver. Carlos Antonio no podía quitar su
mirada de la mujer del administrador.
|
|
Al contrario
de Gelda ella era gruesa, aunque no tanto, blanca,
de cabello castaño y corto y siempre que andaba en la casa usaba pantalones
cortos, que a pesar de su edad mostraban unas piernas delicadas y sin marcas
de várices o vasos capilares, su piel se notaba suave y delicada y tenía una
mirada fija y penetrante, pero llena de tristeza, de soledad.
|
|
__ ¡Pobre!__
dijo uno de los compañeros de Carlos Antonio, dicen que le pega, que cuando
llega borracho le grita que mete hombres a la casa y le dice que un día la va
a echar a patadas.
|
|
__De ese mal
parto se puede esperar cualquier cosa__ dijo Carlos Antonio enfurecido __como
me gustaría que me pegue a mí para que vea lo que es un hombre, ese maricón.
|
|
Los tres
hombres se miraron con sorpresa pues en el otro cable venía el administrador,
por lo que se fueron a toparlo para hablarle del trabajo que estaban
realizando y evitar que se acercara y viera a su mujer fuera de la casa.
|
|
Carlos
Antonio sentía unos deseos inmensos de protegerla, de acompañarla y de hacer
desaparecer de su mirada aquella tristeza.
|
|
CAPITULO XII
|
|
Benito y
Agustín fueron en tiempos pasados, líderes sindicales, pero después que los
sindicatos desaparecieron en las bananeras pasaron a ser miembros de un
comité permanente que se encargaba de velar por ciertos derechos de los
trabajadores. Ellos se reunían con los
administradores de las fincas para llegar a arreglos con respecto a los
salarios, que se cumplieran los acuerdos y cualquier cosa que sucediera en la
finca, fuera en la planta, en los baches, en la plantación o en el cuadrante
si se reportaba a administración y no se resolvía, los del comité permanente
presionaban al administrador para que le diera solución.
|
|
Hacía poco
Toña, una señora que tenía dieciséis años de laborar en la finca, se quejó de
que el tanque séptico de su casa en el cuadrante se había taqueado y que el
agua negra salía al caño que pasaba por todo el cuadrante, ya lo había dicho
tres veces pero no solucionaban el problema, por lo que decidió hablar con el
Comité Permanente. Entonces Benito, el
líder, puso la queja y al no encontrar respuesta, a los ocho días, buscó al
administrador para hablarle, y recordarle que ese caso era de suma urgencia,
porque no era solo hacer la reparación, sino las consecuencias que esto
traería si no se reparaba por la contaminación fecal al aire libre en medio
del cuadrante.
|
|
El
administrador miró con mucha seriedad a Benito y luego dijo:
|
|
__El problema
es serio, y hay que buscarle la solución hoy mismo, como usted dice, pero el
problema que he venido teniendo es que ocupo los trabajadores para la corta y
las labores de campo... ¡ya se!... vaya usted Benito... vaya usted mismo y
arregla ese problema, usted mismo puede arreglar el tanque séptico... vaya
usted.
|
|
__Pero... pero...
pe... pe...
|
|
__Usted es
trabajador de la finca, igual que todos, usted puede hacerlo también, así que
vaya rápido, no este perdiendo el tiempo que para
eso se le paga.
|
|
Benito sabía
que lo hacía por venganza y que como él decía no podía negarse porque el también era trabajador de la finca, pero ese trabajo
nunca lo había echo, pues siempre había sido
carrero, como Natalio y si habían personas que desde que llegaron hacían esos
trabajos y decían que no les molestaba, pero... lo que mas
le molestó fue escuchar, ya cuando iba un poco lejos la carcajada del
administrador.
|
|
Y las horas
pasaban lentas muy lentas, desgranándose implacables en la espalda de los
concheros, en las rodillas de los carreros, en los dedos de las desfloradoras, y en la nariz y las manos de Benito, que
al finalizar el día llegó a su casa con su pelo y la ropa mal olientes pues
fue necesario meter sus manos al tubo para destaquearlo
y lo pringó todo cuando lo logró por la presión que tenía. Se fue a acostar más cansado que nunca y
sin comer.
|
|
CAPITULO XIII
|
|
Los dolores,
después del día de trabajo eran fuertísimos, y ni las medicinas que le habían
dado a Natalio le aliviaban.
|
|
Al fin
terminó la ansiada espera y después de los seis meses, fue a que lo viera el
médico de nuevo y... más acetaminofén, más voltarén y
otra cita para después de dos meses.
|
|
Lo peor era
que aparte de el dolor de rodilla, el embolse le
provocaba náuseas, mareos y dolor de cabeza, pero de cualquier cosa se puede
prescindir, menos del alimento y como él decía, "si es solo por eso que
trabajamos los pobres".
|
|
Esa tarde
además de cansado y enfermo, llegó preocupado. Los salarios estaban demasiado bajos y ya
la plata no alcanzaba y ahora para acabarla de arreglar, cuando estaba en la
parada de buses compró un periódico y hablaba de una baja en el precio del
banano, lo que daría como resultado una baja en los salarios y un recorte en
el personal con la liquidación de los peones más viejos.
|
|
La desolación
reinaba en su corazón, estaba totalmente seguro de que sería uno de los que
se iban y lo peor que con lo que le dieran si acaso compraría un pedacillo de
tierra y se haría una casita apenas para no mojarse y ya viejo y enfermo como
estaba, no le darían trabajo en ningún otro lado.
|
|
No le
quedaría más que llevar una vida de miseria, después de haberse matado tanto
durante toda la vida. Ahora que estaba tan viejo y enfermo.
|
|
CAPITULO XIV
|
|
Esa
madrugada, como de costumbre, el administrador llegó a su casa, se bañó y
cambió su ropa y se fue a la distribución.
Su mujer quedó despierta tratando de volverse a dormir sin lograrlo. Alguien pasó por la calle cantando:
|
|
__"Que en mi
vida solo queda una esperanza,
|
En mis sueños
mi ilusión siempre eres tuuu".
|
|
Era una voz
varonil, melodiosa, agradable. La
mujer se levantó y abrió las cortinas.
No solo la voz resultaba varonil, el cantante era un hombre alto, de
ancha espalda, y brazos musculosos que sobresalían en una camiseta de
tirantes. Un mal pensamiento pasó por
la mente de la solitaria mujer. Tantas
noches de soledad, ¿Cuantas? Era
imposible precisarlas. En dos años hay
muchas noches, ¡muchas! Tantas que en
la soledad vuelven loco a cualquiera.
Su piel estaba hambrienta de caricias, sus manos necesitaban el calor
de otras manos, su voz se secaba en su garganta por no tener con quien
hablar.
|
|
Aquella voz
quedó grabada en su mente:
|
|
"Pero quiero
decirte,
|
Que siempre
te querré.
|
|
La verdad era
que Carlos Antonio no era mal cantante, pero si lo fuera, aquella canción iba
impregnada de sentimiento. Sus notas
llevaban consigo todo lo que sentía aquel hombre rudo.
|
|
... y... causó el
impacto que jamás se imaginó Carlos Antonio que causaría en aquella alma
solitaria y llena de tristeza. Desde
ese día la mujer esperaba escuchar los pasos y las notas de alguna canción de
amor, aunque no todos los días habría la cortina por miedo a que otra persona
la viera y fuera con el chisme a su marido.
|
|
CAPITULO XV
|
|
En el bache
Carlos Antonio pasaba atormentado por aquel sentimiento que cada día crecía
más. La triste y pensativa imagen de
la mujer del administrador no se apartaba de su mente, ahí en la soledad
soñaba con tenerla a su lado, con abrazarla.
Anhelaba darle todas las caricias que aquel hombre sin sentimientos le
negaba, y decirle te quiero tantas veces como nunca las había escuchado. Como deseaba protegerla, cuidarla, limpiar
con su amor todo aquel dolor, aquella soledad, aquella tristeza que había en
sus ojos, pero... ¿Cómo llegar a ella? ¿Que podía ofrecerle él un simple peón? Ella estaba acostumbrada a otras cosas,
vivía en una casa confortable, con muchas cosas que el
no podría darle. ¿Cómo reaccionaría
ella si le contaba lo que sentía? Lo mas seguro es que se reiría en su cara, o... tal vez con
tal de ser libre, se decidiera a seguirlo y... él... él le demostraría cuanto la
amaba, daría su vida si fuera necesario, trabajaría día y noche, para darle
todo lo que ella se merecía y hasta más, pero para eso era necesario que ella
lo supiera, aunque para acercársele tendría que preparar un plan sin
errores. Tenía que rescatarla de aquel
monstruo repugnante, que lo único que hacía era andar con otras mujeres menos
con ella, teniéndola prisionera día y noche entre aquellas frías y duras
paredes de cemento.
|
|
El tiempo
transcurría y la esperanza y el amor de Carlos Antonio crecía, el sabía que algún día algo pasaría y el
podría acercársele.
|
|
Una madrugada
en la distribución, se le acercó el administrador:
|
|
__Me dijo el
capataz suyo que usted sabe de construcción y carpintería.
|
|
__Si señor,
solo que no trabajo en eso porque en estos lados no hay mucho trabajo.
|
|
__Según me
dijo el capataz hace algún tiempo el vio unos trabajos suyos y me lo
recomendó y como el otro carpintero se fue, tengo que conseguir uno pues hay
muchos trabajos que hacer en el cuadrante y en las casas de administración,
pero la que más urge es la mía.
|
|
A Carlos
Antonio casi le da un desmayo de la impresión, pero disimuló y dijo con
aparente desgano:
|
|
__Todo
depende del salario, porque si voy a ganar menos que en las cortas, mejor me
quedo aquí.
|
|
__Por
supuesto que va a ganar más y será un salario fijo más las horas extras.
|
|
__Déjeme
pensarlo, mañana le resuelvo, porque a la verdad prefiero el campo.
|
|
__Ve eso si que no se va a poder, usted es un idiota si prefiere
estar todo embarrialado, o me resuelve ahora o en la tarde voy a Siquirres a
conseguir uno. Las reparaciones de la
casa de administración son urgentes y quiero que comience hoy mismo.
|
|
El corazón le
dio un salto en el pecho. Ese mismo
día la vería de cerca.
|
|
Esta bien, si es así,
acepto. ¿Que
tengo que hacer?
|
|
__No hay más
que hablar__ dijo el administrador__ Pase a la bodega, ahí encontrará
cualquier herramienta que necesita y los materiales de construcción, si ocupa
alguna otra cosa me lo dice con tiempo para mandarla a traer. Aquí tiene una orden para el bodeguero,
preséntesela nada más y ahora mismo voy a la oficina a arreglar lo de su
nuevo puesto en la finca.
|
|
Mientras
Carlos Antonio fue a la bodega, por las herramientas, la madera, los clavos y
otros materiales que ocupaba, el administrador fue a su casa. Su mujer se puso feliz, porque lo vio
llegar a desayunar como al principio, como los primeros días y corrió a
recibirlo.
|
|
__ ¿Quieres
café?
|
|
__Si, alistame también dos huevos y me calentás
tortillas, pero rápido porque no tarda en llegar el carpintero a reparar el
cielo raso y la puerta del baño, ah y te advierto, que voy a estar llegando a
darme la vuelta de vez en cuando y si te encuentro hablando con él o un poco
cerca, te vas a arrepentir toda la vida.
|
|
Aún estaba
desayunando, cuando llegó el nuevo carpintero y tocó la puerta.
|
|
Anda a abrir
rápido que tengo que revisar unos trabajos ¡apúrate!
|
|
Al abrir la
puerta la mujer sintió un horrible frío en el estómago y en sus pies. Ese era el hombre que pasaba cantando todas
las mañanas y que ella miraba a través de las cortinas cuando aún las sombras
de la noche luchaban con la luz del día.
Visto así frente a frente era más impresionante, mucho más alto que su
marido, que era muy alto... de piel bronceada, y un cuerpo de físico
culturista. Dejaba ver, por la camisa
entreabierta, una selva de vellos, que nada mas
viendo solo esa parte, se podría imaginar el resto del cuerpo.
|
|
La
observación fue instantánea, pues corrió a seguir atendiendo a su marido, mas por deber que por amor.
|
|
El carpintero
se quedó en la puerta, a lo que el administrador dijo:
|
|
__Pase, pase,
ya voy a enseñarle el trabajo para que no pierda tiempo y lo haga rápido,
porque tiene que arreglar las otras casas de administración. Y no pierda su tiempo hablando con nadie
porque a usted no se le paga para eso.
|
|
__Carlos
entendió muy bien la directa, pero no le respondió como debía pues no pensaba
obedecerle, sabiendo que era su única oportunidad, hablaría con ella antes de
hacer cualquier trabajo. Tenía que
decírselo inmediatamente. Solo
necesitaba unos pocos minutos para decirle lo que había guardado por tanto
tiempo y lo demás lo resolvería ella.
|
|
__Cuando
estuvo seguro que iba lejos el administrador, dijo:
|
|
__Señora, no
estoy aquí por casualidad, necesito decirle algo.
|
|
__Que... que
quiere__ dijo ella sumamente nerviosa.
|
|
__Estoy aquí
porque quiero decirle algo muy serio.
|
|
__ ¿Que es?__ dijo ella adivinando en la mirada de él lo que
estaba a punto de confesar.__ si mi marido me descubre hablando con usted me
puede hasta matar.
|
|
__Por favor
se lo suplico, escúcheme, no puedo seguir guardando esto que siento por usted
¡no puedo! ¡No puedo!
|
|
__ Pues yo no
puedo hablar con usted__ dijo caminando en dirección al cuarto__ mi marido me
mataría si lo descubre.
|
|
__ No la va a
ver, ya me fijé y va lejos. Si no
aprovechamos este momento, por favor...
|
|
__Esta bien
hable... pero... ¡dígalo rápido!
|
|
__Es que no
puedo hacer nada antes para que me crea, pero tengo mucho tiempo de
observarla, y he esperado como loco para decirle que la amo y que he planeado
llevármela si usted acepta irse conmigo, no tengo mucho que ofrecerle, pero
le doy mi vida si la quiere, yo estoy dispuesto a luchar por usted, vámonos
de aquí, por favor, no siga aquí sufriendo esta soledad,
|
|
__No se quien es. Este... yo...yo... no se
que decir, no puedo aceptar eso, no lo conozco.
|
|
__Ve, pero yo
a usted si, yo si la conozco a usted y le puedo
asegurar que por muy malo que piense usted que soy, no podría ser igual a ese
maricón, a ese poco hombre, a ese... que la deja sola toda la noche y todo el
día. Se de
su soledad, de su tristeza, y también que ese maricas le pega, si, se que la golpea.
|
|
__Usted no
tiene ningún derecho. Cállese.
|
|
__Si lo tengo
¿sabe por que?
Porque he sufrido por meses por usted, yo he sufrido sus desvelos,
porque cuando usted no puede dormir esperando a que el
llegue... yo tampoco puedo hacerlo y la veo como levanta a cada instante la
cortina, para asomarse a ver si viene.
No crea que solo quiero acabar con su dolor, también quiero acabar con
el mío. Tampoco usted tiene derecho de
hacerme sufrir así.
|
|
__Cállese,
cállese se lo suplico__ La mujer
rompió a llorar y en un impulso repentino quizás por la confesión reciente,
se lanzó a refugiarse en los brazos de Carlos Antonio que emanaba sinceridad
en sus palabras, en sus gestos, en todo su ser. Los brazos de él la apretaron contra su
pecho con desesperación, deseando que aquel momento fuera eterno, pero
inmediatamente ella se desprendió y corrió a su cuarto asustada. A la hora de almuerzo que el administrador
llegó, ya el cielo raso estaba reparado y las piezas de la puerta del baño
estaban recortadas. Carlos Antonio
trabajaba destrozando el tiempo, no quería que el administrador sospechara
que hablaba con la mujer.
|
|
__Caramba,
caramba, trabaja rápido __dijo el administrador__ Se ve que no a perdido el tiempo, trabajó demasiado rápido, ojala siga
así
|
|
__Es que
quiero terminar a más tardar mañana aquí para hacer el trabajo de las otras
casas, y pasar la otra semana al cuadrante.
|
|
__Bueno por
lo visto es usted una de esas personas que no le gusta perder el tiempo, y su
trabajo es excelente, la verdad es que no se le puede pedir más, creo que si
sigue así, tendremos carpintero para rato.
|
|
__Señor, voy
para la fonda a almorzar, y luego paso a la bodega por el material que ocupo
para terminar la puerta.
|
|
__O. Key, yo
voy a almorzar y luego voy a aprovechar que la corta de hoy no es muy grande
y vamos a terminar temprano para irme después de almuerzo a echarme unos
traguillos ¿usted toma?
|
|
__A veces,
pero muy poco. Es que me gusta
ahorrar, usted sabe, uno va para viejo y después no puede trabajar, así,
cuando deje de trabajar por lo menos me podré comprar una finquita.
|
|
__No es para
tanto, la vida hay que disfrutarla, como usted dice uno va para viejo y ya
cuando eso no puede disfrutar nada, anímese usted está muy joven para pensar
así, no sabe de la que se pierde. Tal
vez un día de estos puede ir conmigo al rancho, a tomarse unos tragos... y hay
unas viejas bien buenas.
|
|
__Si tal vez
__dijo secamente Carlos Antonio __y se fue a almorzar.
|
|
De regreso ya
la mujer había salido del cuarto, pues había visto a su marido salir en el
carro con el chofer y cuando hacía eso era porque había dejado a alguien
encargado de la corta y que llegaría hasta las seis para despachar el último
contenedor y luego se regresaría otra vez sin pasar por la casa.
|
|
Carlos
Antonio y ella se miraron largamente sin saber que decir y de nuevo se
abrazaron. Mayita no se explicaba que
era lo que la impulsaba a lanzarse prácticamente a los brazos de aquel hombre
desconocido, era como una fuerza magnética, como si lo conociera desde hacía
mucho tiempo, en sus brazos se sentía protegida, amada, deseada.
|
|
No era un
objeto más.
|
|
__Por favor
__dijo el hombre__ vámonos de aquí, necesito una respuesta hoy, para arreglar
todo. Solo mañana vendré a trabajar y
luego ya no podremos hablar, necesito que me resuelvas hoy mismo.
|
|
__Está bien,
me iré contigo, me fugaré como una criminal.
Pero... no puedo seguir así. No
vayas a creer que soy así con cualquiera, me da vergüenza actuar de esta
manera, pero no tengo otra alternativa, no tengo para donde irme y no me
gustaría ser carga para mi hermano e ir a importunarlo, después tiene
problemas con mi cuñada. No quiero tampoco
que tú pienses que yo soy una...
|
|
__Yo no
podría creer nada malo de ti, Te conozco.
Lo se todo.
Y tu sabes que esta es la única oportunidad
que tenemos, por eso actuamos así tan rápido, además no te voy a arriesgar
después viéndonos en secreto, exponiéndote a que ese hombre te haga algo . El viernes recibo pago y meteré la renuncia. Con esa platilla, aunque no me den todo,
podremos hacer algo. Como el sale
todas las noches voy a traer un carro con un amigo, y te espero allá en el
primer almendro de aquí para allá a las diez de la moche, el viernes, a esa
hora todos duermen, nadie te verá. No
me falles. Es la única oportunidad que
tenemos porque después...
|
|
__No me
falles tu a mí, porque si no resulta y ese hombre se da cuenta, no se que será de mi, creo que me mata.
|
|
__Primero lo
mato yo a él, si algo sale mal, en la cara de él te llevo, pero nunca más te
pondrá una mano encima ni vas a estar sola.
Te lo juro, te robaré de su propia casa, en su propia cara, que de por
si me gustaría darle por ella.
|
|
__No conoces
a ese hombre y de lo que es capaz.
|
|
__ ¡Claro que
lo conozco! Es un maricón que no se va
a enfrentar a un hombre.
|
|
Desde ese día
todo quedó planeado, no había más que hablar para no levantar sospechas, el
viernes a las diez de la noche en el primer almendro. El viernes se marcharían.
|
|
CAPITULO XVI
|
|
Bajo el
frondoso y fresco almendro, en su hamaca de piola, Natalio observaba las
estrellas. Si hubiera tenido un hijo,
o dos o tres, no se sentiría defraudado, pero... llegar a aquella edad enfermo,
sin hijos, habiendo dado toda su vida, sus fuerzas, había sacrificado su
juventud y su vida para la empresa y aunque él era carrero, cuando estaba
joven, recién llegado lo habían puesto a inyectar el nemagón
en las raíces de las matas de banano, muchos estañones
fueron utilizados en ese tiempo y después cuando les dijeron que era malo, lo
continuaron haciendo, a la empresa no le importó, lo que importaba era el
bananal y su producción, sus hijos habían quedado en sacrificio a la poderosa
transnacional bananera, como sacrificaban a baal
los antiguos fenicios sus hijos... para nada, para llegar a ese estado, viejo y
enfermo y sin haber echo nada en la vida, solo
trabajó por el alimento diario.
|
|
__Maldito nemagón__pensó en voz alta.
|
|
__ ¿Y
eso? ¿Hablando solo? __dijo alguien entre las sombras de la
noche__
|
|
Y Natalio
reconoció la silueta en medio de las sombras
|
|
__Diay Carlos ¿Qué
bicho te trajo por aquí? Hace días no
venís.
|
|
__Es que
vengo a contarte algo para que lo sepas y que después no te preocupes por mí,
vos has sido para mí un gran amigo y... no puedo olvidar que fuiste el que me
enseñó el trabajo cuando llegué a esta zona y el que me cuidó cuando me dio
malaria y que me sacaste al hombro del bananal cuando me picó la terciopelo
que casi mecha pal otro lado.
|
|
__ ¿y
ahora? ¿Qué mosca te picó? Porque para que estés recordando todo eso.
|
|
__Fíjate que
me picó la mosca que algún día nos pica a todos... a mi
me tiene picado desde hace tiempo, solo que ya...
|
|
__No me
digas, tan arisco que has sido, si hasta asustado me tenías__ dijo riendo, yo
llegué a creer que...
|
|
__No jodás vos, eso no, cabrón, yo soy muy macho...
|
|
__ ¿Quien fue la afortunada que te
pescó. Sus mañas debe
haber usado.
|
|
__Pues vieras
que no, ni siquiera sabía lo que yo sentía por ella hasta un día de estos que
se lo dije. Es la mujer más linda e
impresionante que hay por esta región.
|
|
__A si, ahora
si que veo la cosa en serio. ¿Quién es?
|
|
__Te digo,
pero no me sermoniés__ dijo Carlos Antonio con cara
de niño arrepentido de una travesura.
|
|
__No, si ya
hasta me asustaste con tanta ceremonia
|
|
__Es... es que...
es que me... me enamoré... de... de... bueno que me voy de aquí con la mujer del
administrador.
|
|
__ ¿Qué? ¿A doña Mayita?... ¿estás soñando? ¿Ya fuiste al psiquiatra?...estás
totalmente loco. ¿Ella dijo que si?...
|
|
__Si... dijo
que si.... que se va conmigo. Y es
cierto, estoy totalmente loco, desde que la conocí, no hago otra cosa que
pensar en ella.
|
|
__Aprovechaste
tu nuevo trabajo de carpintero y se lo dijiste.
|
|
__Era mi
única oportunidad para hablarle, vos sabes que ese tipo la tiene prisionera
en su propia casa...
|
|
__Si... pero si
alguien descubre algo te botan.
|
|
__Ya me boté.
|
|
__ ¿Como que ya te botaste?
|
|
__Me voy el
viernes con ella.
|
|
__Y el récord
¿vas a perder todo?
|
|
__No importa,
busco trabajo en otra parte.
|
|
Natalio era
sencillo y muy franco y siempre hablaba a sus amigos con la verdad pura, sin
máscaras.
|
|
__ ¿Y vos
crees que esa señora podrá vivir con un peón bananero? Ella está acostumbrada a otras cosas, a
otra vida que ni siquiera nosotros nos imaginamos porque nunca la hemos
conocido ¿crees que se podrá acostumbrar a la vida de pobre?
|
|
__Con mi
cariño y el amor que le tengo, lucharé para que no le falte nada, aunque me
muera de trabajar, yo le voy a dar todo lo que necesita y más.
|
|
Natalio se
quedó callado. Era increíble que una
persona tan áspera, tan ruda, acostumbrado a vivir solo por tantos años,
mostrara aquel sentimiento tan delicado, tan tierno. Se dio cuenta que no venía por un consejo,
porque la decisión estaba ya tomada. Además su amigo había venido a confiarle un
secreto que ya no le cabía en el pecho, a compartir su felicidad con él.
|
|
__Bueno,
pues...entonces no me queda más que desearte que te vaya muy bien, se que sós lo suficiente hombre
como pa medir lo que estas
haciendo, solo que tené mucho cuidado con ese
hombre.
|
|
__Pal miedo
que le tengo, o vos crees quel hombre que le pega a
una mujer es capas de enfrentarse a otro hombre, si
ese es un maricón.
|
|
__Ya me decía
yo que vos te las traías, tanta vieja detrás de vos y no les hacías caso,
pero nunca me imaginé a quien le habías puesto el ojo.
|
|
__Así es la
vida. Creo que al sentirla tan lejana,
tan imposible, pero tan indefensa fue lo que me dio mas
fuerzas para querer rescatarla de las manos de ese maricón. Bueno, que pases buenas noches, voy a
dormir que mañana hay que trabajar.
|
|
CAPITULO XVII
|
|
Amparado por
las sombras de la noche, Carlos Antonio esperaba con ansiedad, mirando el
reloj cada segundo.
|
|
__Ya son las
diez y cinco, ¿será que se arrepintió?
|
|
__Tené calma
__le dijo su amigo__ solo han pasado cinco minutos.
|
|
__Si
¿verdad? Es que la verdad estoy muy
nervioso.
|
|
__Alguien dio
unos golpecitos al vidrio de atrás y en medio de la oscuridad que cubría
todo, el perfume de Mayita golpeó la cara de Carlos Antonio, que creyó estar
soñando, y sintió como un bálsamo suave que inundó su alma. Inmediatamente se bajó del auto y abrió la
puerta de atrás.
|
|
__Vamos, sube
rápido, que el diablo puede meter la cuchara.
|
|
__Ella subió
en silencio y el chofer emprendió la marcha.
En el puente de Goli se toparon el carro de
la finca, Gelda venía con el,
los dos reían a carcajadas el taxi pasó desapercibido para ellos. Además no había que temer que se diera
cuenta porque el, aunque venía temprano se quedaría
en la casa de la compañera de tragos.
Pasaron por el centro de Matina lo más rápido posible, ya Carlos
Antonio había alquilado una casa en Estrada pues no podía irse muy lejos,
porque la mayor parte de las fincas estaban en el cantón.
|
|
Mayita iba en
silencio. Sus sentimientos se
arremolinaban en su ser en ese instante.
No entendía porque sin conocer a aquel hombre se había depositado en
sus manos, sintiéndose tan protegida, sin desconfiar de él. Era como si aquel sentimiento que el sentía
la envolviera. Aquel ser maravilloso
había en sus sueños, y ahora la llevaba hacia la anhelada libertad.
|
|
Desde que
subió al auto se sintió libre, aquella libertad se sentía suave, fresca, era
como el aire que le golpeaba la cara.
Sintió la mano de Carlos Antonio sobre la suya reconfortante,
delicada, tierna a pesar de aquellos cayos y aquellas asperezas producto del
duro trabajo en el campo, necesitaba de aquella energía, que él le proyectaba
producto de aquel sentimiento, de aquella pasión oprimida por tanto tiempo,
su mano estaba caliente y temblorosa.
El perfume suave de Mayita inundaba el auto. Era una fragancia suave pero que le
hipnotizaba, siendo un hombre acostumbrado a las rudezas de aquel ambiente
áspero de las bananeras, se había apoderado se el
un sentimiento que le transformaba a la superación, a la lucha contra todo, a
la ternura. Aquella maravillosa mujer
lo inspiraba porque ella era toda suavidad y ternura. La cuidaría como nadie la había cuidado, si
tenía que agregarle más días a la semana, le agregaría, si tenía que inventar
un mundo nuevo, lo inventaría, estaba dispuesto a trabajar día y noche por
ella, para que nada le faltara, ni extrañara nada de la vida anterior. Ella olvidaría aquellos días de cautiverio
y soledad. El llenaría todo.
|
|
Al fin la
podía tener cerca, tan cerca, podía apretar su mano y sentirla temblando
igual que la suya. Llegaron a la
casita. Lo único que llevaba cada uno
era un maletín con ropa y algunas cosas de uso personal. Mayita entró a la casa y miró a Carlos
Antonio con agradecimiento, la casita tenía todo lo necesario. Una mesa redonda con cuatro sillas y un
florero sobre ella, en el único dormitorio una cama matrimonial cubierta con
una colcha brillante de satín rosado, en la cocina un trastero, una mesita
pequeña con dos bancos y para cocinar los alimentos una plantilla de
gas. Todo estaba en perfecto orden y
de la humilde vivienda emanaba un delicioso olor a limpio.
|
|
Ella tomó las
manos de Carlos Antonio y lo miró fijamente a los ojos y rociándolo de
agradecimiento, por primera vez de lo mas profundo
de su ser salió un sentimiento de amor incontrolable que la hizo buscar los
brazos de aquel hombre y se abrazaron con grande e infinita ternura y ella le
dio las gracias, a lo que Carlos Antonio, dijo:
|
|
__A ti, mi
amor a ti es que tengo que agradecer esto que siento y que me inunda todo de
felicidad...
|
|
El reloj de
pared marcó las doce de la noche. Un
nuevo día comenzaba para los dos desbordante de caricias impregnadas de
ternura que desbordaron la pasión contenida, pero... también comenzaron nuevas
luchas.
|
|
CAPITULO XVIII
|
|
Grandes y gruesas
gotas de lluvia golpeaban el techo de la oficina, donde se había encerrado el
administrador después de la distribución.
|
|
Con gesto
áspero y mirada fiera leía y releía una carta que había encontrado en la cama
vacía, cuando llegó a su casa.
|
|
Pero... a pesar
de su aspecto fiero, parecía como si un peso muy grande, le estuviera
aplastando el alma.
|
|
Con sus codos
sobre el escritorio, sosteniéndose la barbilla con las manos, dejó salir al
aire de su boca un triste monólogo:
|
|
__Quien
entiende a las mujeres, no le faltaba nada en la casa, tenía carro y chofer
cuando iba a salir, y hasta le compraba esas tonterías de libros de poesía y
de literatura... puras vagancias ¿Adonde habrá
ido? ¿se
habrá ido sola? ¿Por qué se fue? Y... aunque nunca pasaba con ella ¿Por que diablos ahora que no
está me siento tan solo, tan vacío.
Ahora cuando entre a la casa ya no la veré ahí esperándome. La cama estará vacía y ya no tocaré aquella
piel tan suave y delicada que hasta miedo me daba tocar pero que tanto me gustaba... ¿Por qué putas
nunca se lo dije?... ¿Por que no le dije que aquel olor suave y delicado que
solo ella tenía, me hipnotizaba, me enloquecía, y yo no sabía como tratar a una mujer tan fina y diferente a las que
siempre había tratado. Las otras, las
de afuera, casi siempre tenían olor a sudor, a pelo sucio, a... pero en mis
cabronas borracheras me hacían sentir más macho y ellas tenían un atrayente
olor a hembra. Y ahora, ella me
abandonó, dejándome esta horrible sensación de soledad ¿Ahora que hago
con todo esto que siento?... Baah...pronto
regresará... no pasan ocho días y volverá... ella no va a aguantar estar largo de
mi y yo me iré a la cantina y después de unos
tragos, el asunto estará resuelto.
|
|
Salió de la
oficina y dio órdenes al oficinista:
|
|
__Larry,
recuerde que hay que meter tres peones más por factura, yo tengo que ir a ver
como va la arrancada de rebrotes, para informarle
lo que vamos a hacer antes que el capataz traiga el informe, ya sabe no todos
se meten en planilla, tenemos que dejarnos una buena parte para nosotros,
para las birras y otras cosillas más... y con una risilla se alejó de la
oficina y se internó en el bananal. El
chisme ya había corrido y los peones comentaban entre ellos.
|
|
Un grupo que
se encontraba limpiando un canal, lo vio pasar el puente rumbo al área donde
estaban sacando rebrotes.
|
|
__Ahí va el
viejo ese lo mas campante, como si nada, según el le vamos a creer que no le importa. ¡Que bárbaro Carlos Antonio, cuando ese hombre se de cuanta con quién se le fue la señora.
|
|
__No creo que
haga nada, ese conoce bien a Carlos Antonio.
Si a ese lo que le sobra es valor pa’ todo.
|
|
__No, si no
es a ese valor al que me refiero__ dijo el otro__ cuando ese se de cuenta, lo va a mal informar en todas las fincas
vecinas y no podrá conseguir trabajo, no va a poder mantener la mujer y como
ella no esta acostumbrada a las pobrezas, como uno,
se le va a ir, que te lo estoy diciendo, se va porque se va.
|
|
__Yo apuesto
a que no, ella se ve que es una buena mujer y si se arriesgó a irse con el
Carlos, ella sabía lo que estaba haciendo...y...
|
|
__Si no es
porque sea mala, es porque la vida de pobre no es nada bonita y cuando se vea
pasando privaciones...
|
|
__Oigan__
dijo uno de los mas jóvenes que no había
intervenido en la conversación y que los escuchaba con mucha atención.__
¿saben como le dicen ahora a Carlos Antonio?
|
|
__ ¿Como?__
preguntaron los otros.
|
|
__Pues diay ¿Cómo le van a decir?, el Magnate, ese mae parece el roco de la novela, no ven que hembra se fue
a llevar.
|
|
__No, si no
es para menos.
|
|
El
administrador se perdió de vista en el bananal y ya había cruzado el otro
canal al otro lado del cable, cuando un peón que estaba embolsando lo llamó.
|
|
__Hey, patrón, tengo que decirle algo, venga acá.
|
|
Realmente no
tenía nada de ganas de hablar con aquel hombre, que era muy conocido como
hablador y chismoso y lo que nadie sabía, el
siempre tenía la información. Volteó a
ver con desgano y le dijo:
|
|
__ ¿Que quiere? Tengo
que ir a ver la arrancada de rebrotes y me precisa porque después tengo que
salir.
|
|
__Yo se, yo se, doncito, que usté es un hombre muy ocupado y que por eso muchos se
aprovechan.
|
|
__ ¿¡Como que
muchos se aprovechan?!__ dijo iracundo el administrador.
|
|
__
¡Claro! Usted cree que yo no se lo que le pasó a usté,
patrón.
|
|
__ ¿Y que pasó según usted?
|
|
__Pa que disimula patrón, si todos saben que el carpintero
se le llevó la mujer. Dicen que pa eso pidió el tiempo, pa tener
plata pa llevársela.
|
|
El hombre
palideció y sacó de su bolsillo un pañito que usaba para enjugarse el sudor y
se lo pasó por la frente y luego exclamó:
|
|
__
¿Cómo? ¿Usted está seguro?,
¡hable! ¡Cuénteme lo que sabe! O es nada más otro chisme suyo.
|
|
__Yo no soy
ningún chismoso patrón, pa que vea, yo siempre
averiguo la verdá y si abro la boca es por algo.
|
|
__Hable
entonces ¿Qué es lo que sabe?
|
|
__Pues fíjese
que anteanoche, ya tarde, yo no me podía dormir porque estaba así como
desvelado, y oyí entrar un carro y mi´asomé porque no sonaba como el de la finca, el carro
se parqueó allá por el almendro, yo salí con el foco pero no lo encendí pa que no me vieran y me paré detrás del almendro, cerquitica de´llos que no me
lograron ver, y era el Carlos Antonio, pero como a los cinco minutos de haber
llegado, oigo la voz de una mujer y unque estaba
oscuro, era ella, y se subió al carro.
Al ratito entró usté, pero se quedó en la
casa de Gelda, si se hubiera ido pa su casa se da cuenta inmediatamente y tal vez se
hubiera devuelto, porque usté tiene que habérselos
topado.
|
|
__Entonces
fue el carro que yo me topé en el puro puente de Goli
pero ni puse cuidado a ver quienes iban.
|
|
__Y que esa
condenada Gelda iba haciendo mucha bulla, yo la vi
cuando pasó en una pura carcajada, diciéndole a usté
que no la pellizcara, que cuando llegaran a la casa lo iba a pellizcar...
bueno, averigüe que antes de irse él ya había pegado en Tricios
y que había alquilado una casa en Estrada.
|
|
El
administrador sacó un pañuelo de la bolsa de atrás, gruesas gotas de sudor,
bajaban por su frente, y su rostro estaba rojo como si fuera a explotar. Luego se puso pálido. El peón lo vio tambalearse y caminar hasta
el cable para apoyarse en una torre.
Parecía que iba a caer en cualquier momento. El peón se acercó para ayudarle y lo
escuchó decir apretando los dientes:
|
|
__Ese
desgraciado va a saber quién soy yo, de mi nadie se burla y este malpario se aprovechó del trabajo que le di.
|
|
Una llovizna
caía suavemente en el rostro del administrador, como un bálsamo refrescante...
se alejó lentamente bananal adentro, mientras sus ojos se inyectaban de odio.
|
|
CAPITULO XIX
|
|
Era invierno
en la zona Atlántica y los torrenciales aguaceros caían inmisericordes en
toda la provincia. La lluvia paraba un
rato, para seguir arreciando después.
Toda la noche llovio y todo el día siguiente
y apuntaba sin lugar a dudas que habría llena.
|
|
La cantina
como todas las noches, estaba que no cabía una persona más. El administrador tomaba con sus capataces.
|
|
Una mujer que
destilaba amabilidad por doquier, servía las mesas.
|
|
__Amorcito
¿quiere una boquita?
|
__Si me da la
suya, me la como toda.
|
__Cuando
quiera, papi, puede comérsela. Con
gusto se la doy.
|
__ ¿Solo la
boca? ¡Mami!
|
__Lo que usté quiera, cielito.
|
|
Y la mujer se
alejaba contoneándose más, moviendo sus caderas como si estuviera practicando
un baile árabe en la cantina. Llegaba
periódicamente a limpiarles la mesa y cada vez que lo hacía el administrador
le propinaba un pellizco de cariño en su prominente trasero. Ella respondía con un gesto insinuante,
sacando la puntita de la lengua, que transportaba al hombre a fantasías
eróticas.
|
|
El
administrador ya bastante afectado por el licor ingerido y por mostrarle a la
mujer cuan macho era, subió sus pies sobre la mesa mostrando unas botas de
montar con las puntas de acero y dijo:
|
|
__Si alguien
anda unas botas más caras que estas, que las suba a la mesa y yo me voy descalzo,
le regalo las mías, y lo invito toda la noche.
|
|
Después de
las doce ya algunos clientes empezaron a irse, quedando unos pocos en otras
mesas y el administrador con sus capataces de farra. La mujer que servía se acercó y le dijo algo
al oído a lo que él la rodeó con su brazo diciendo:
|
|
__Un clavo
saca otro clavo, no hay que llorar por nadie
¿Verdad, mi amor?
|
|
__Claro papi,
__dijo la mujer__ y yo no solo el clavo te puedo sacar, si querés hasta las paredes te arranco.
|
|
El ruido de
las botellas, las risas, los chistes, se mezclaban con el olor a cigarros a
licor, a cervezas y a sudor, junto con el tan usado orinal que ya nadie
sentía el mal olor.
|
|
Un hombre mal
encarado y trabajador de una finca vecina que conocía al administrador,
totalmente borracho, comenzó a hablar solo y en voz alta, a lo que todos
pusieron cuidado.
|
|
__Cosa más
fea creer que uno tiene un buen potrero, bien cuidado y que otro mae se meta a robar pasto, pero es más feo que le roben a
uno la vaca. Veee,
eso sssi esss feo. Que se le lleven a uno la vaca pa otro lao y quiuno no sepa
nada.
|
|
Uno de los
capataces empujado más por el licor, que por la amistad se volteó y le dijo:
|
|
__Vea cabrón,
si tanto le preocupan sus animales pa que sale a
tomar. Acuéstese con las gallinas y
así nadie le roba nada. A nosotros no
nos preocupa eso que para vacas aquí las hay y muy buenotas
las condenadas y como usted ve, parece que dan muy buena leche.
|
|
__Vamos__
dijo el administrador__ que hace rato me muero por llevarme esa vaca para mi
potrero__ y volvio a ver a la mujer que ya estaba
alistando sus cosas para irse con el.
|
|
Era tanto lo
que había llovido que el agua del canal de Milla Uno, pasaba como medio metro
arriba del puente, con la corriente pasando al contrario. Uno de ellos se bajó y pasó el puente a pie
para cerciorarse si estaba en buen estado y luego pasó el carro.
|
|
Al llegar a
la finca, ya muchas de las personas estaban en el corredor de la oficina,
porque las casas del cuadrante estaban inundadas.
|
|
CAPITULO XX
|
|
Con la caída
del precio del banano, cayeron los salarios y con ellos el desayuno y el
almuerzo de los peones bananeros, los uniformes escolares y los útiles y la
asistencia a clases de los que tenían familia también cayó.
|
|
Se creó una
ley que no dejaba trabajar a los menores de edad, pero estos no podían ir al
colegio por falta de recursos y se quedaban en la casa mientras sus padres
trabajaban, expuestos al acecho de otros jóvenes que al no poder trabajar ni
estudiar, se dedicaban a hacer dinero de la forma más fácil, ganando clientes
para venderles droga. Ahí no había
ninguna ley que los vigilara y podían actuar como querían...el estar ociosos
hacía que se reunieran en las esquinas o en los parques a planear otro tipo
de delitos que luego los llevaría a la cárcel o les causaría otra desgracia.
|
|
Todo había
caído con el precio del banano.
|
|
Lo único que
no cayó, fue la siembra, que siempre continuaba, siempre caían las montañas,
los árboles. Hectárea tras hectárea
caía, nuevos canales se abrían paso y nuevos diques para proteger las
plantaciones, entre más bajaban los salarios a los trabajadores, más
hectáreas de montaña eran taladas para sembrar nuevos bananales, había una
lucha constante contra el río para poder utilizar los terrenos que se
inundaban y esta lucha los llevaba a construir diques y mas
diques para ganarle la guerra al río, no se escatimaba esfuerzos ni dinero y
los diques se construían sin pensar en el impacto ambiental que esto
ocasionaría y en las consecuencias que esto podía traer con el tiempo y no
solo material si no también humanas.
|
|
Y la tala de
árboles era constante y la construcción de diques también, el pueblo no se
explicaba como habían salido los permisos para todo
eso sin ser regulado, sin pensar en lo que podía ocasionar en un futuro en
los poblados cercanos, las autoridades reguladoras de todo esto parecían meopes.
|
|
Habían medios
de comunicación de la región que se preocupaban por exaltar las obras
municipales, con fotos de los regidores encargados de cada obra y del alcalde
en turno, pero nunca aparecían fotos ni informes de la gran deforestación de
la provincia, ni de la construcción de diques que luego afectarían los
poblados, ni de la contaminación ambiental, ni de los casos de alergias y
niños asmáticos que habían surgido de un tiempo para acá.
|
|
Caía la
salud, caía el vigor de los trabajadores, caía la mesa en donde comían los
niños de los bananeros y aquel monstruo verde crecía y crecía devorando
hectáreas de montaña, contaminando con sus químicos los ríos y los canales,
caía todo, la esperanza de una vida mejor para sus hijos, de dejarle un
pedazo de tierra a sus nietos y una vejez agradable a aquella compañera de
pobrezas y privaciones.
|
|
Don Jorge era
uno de esos trabajadores que había dejado sus fuerzas en la tierra, en
aquella tierra que producía para enriquecer a otros. Salía a las cuatro de la mañana de su casa,
para llegar con sus compañeros al "pegue" antes de las seis. El fue uno de
esos trabajadores que cayó con el precio del banano y la liquidación apenas
le dio para comprarse un lotecito y hacerse una casita, después como ya
estaba muy viejo tuvo que unirse a la nueva política de la compañía y era
poner contratistas para las diferentes labores y los peones eran contratados
por estas personas sin ser parte del personal de las plantaciones.
|
|
Ese viernes
tenía que entregar el zanjo terminado y era un día de esos en que el sol
calentaba con sus rayos no solo la tierra, sino también la piel de los
trabajadores. Don Jorge regaba con su
abundante sudor la tierra y parecía como si las fuerzas fueran a abandonarlo
en cualquier momento, si no entregaba el zanjo ese mismo día, no podía cobrar
y sus hijos lo esperaban con comida.
Cada palada que el sacaba del zanjo, significaba una arepa para sus
niños. La camisa se le pegaba al
cuerpo, y todo giraba alrededor.
Cuando despertó, sus compañeros estaban terminando el zanjo, todos
juntos hicieron posible que el entregara su tarea.
|
|
__ ¿Como se siente, don Jorge? __dijo uno de ellos__ y no se
preocupe, que ya terminamos.
|
|
El hombre
estaba sentado bajo la sombra de una frondosa cepa de yute y dos compañeros
se acercaron para ayudarlo a levantarse.
Su boca estaba cerrada, pero con un gesto de admiración y
agradecimiento comenzó a caminar, mientras por sus mejillas bajaban gruesas y
copiosas lágrimas que se confundían con el sudor y que evitaron que sus
compañeros se dieran cuenta que lloraba.
|
|
CAPITULO XXI
|
|
Esa mañana
cuando Carlos Antonio se presentó a la distribución, el capataz le dijo que
pasara a la oficina, porque tenía que hacer recorte de personal y el era uno de los más nuevos.
|
|
Fue a muchas
fincas, pero en todas le decían que no, y ya cansado dijo a Mayita:
|
|
__No voy a
buscar más trabajo en fincas bananeras, siento que en todo esto tiene que
haber mano peluda, se me hace que alguien no quiere que me den trabajo.
|
|
__Y ahora,
¿Qué vamos a hacer?
|
|
__No te
preocupes, que los ahorros de toda mi vida están intactos, no les hice nada
con la compra de las cosas para la casa, pensando en tu futuro. Voy a comprar una finquita y la sembraré de
plátano y mientras tanto busco trabajo con los dueños de fincas de
plátano. No le voy a dar gusto, vas a
ver que vamos a salir adelante.
|
|
Estrada era
un lugar de tierras muy fértiles, y los agricultores se dedicaban a la
siembra de dátil, que para el comercio exterior se llamaba Baby Banana, y era un producto que estaba siendo
exportado, pero también sembraban plátano para exportación. En ese lugar funcionaba una cooperativa de
plataneros que había ayudado mucho en el desarrollo de la región desde su
comienzo y Carlos Antonio se asoció a ella.
|
|
Así,
trabajaba medio día con alguien particular y el resto del día se dedicaba a
trabajar en lo suyo, los fines de semana también los trabajaba con alguien
particular y hasta logró llegar a ganar más de lo que ganaba en las
bananeras.
|
|
Mayita,
trataba de no hacer gastos innecesarios, se adaptó a una vida más sencilla y
fueron haciendo poco a poco que sus ahorros crecieran, la finca fue sembrada
toda de plátano y cuando los ahorros fueron suficientes, compraron un lote y
los compañeros que habían sido liquidados les ayudaron a construir la casa.
|
|
Una linda
casita de cemento, de dos plantas por lo de las llenas, con su corredor y sus
barandas, para colgarle plantas, era el premio a un esfuerzo sobrehumano, que
el amor que sentía Carlos Antonio impulsaba.
|
|
Sentados en
el corredor, contemplando el atardecer, dijo Carlos Antonio:
|
|
__Si no
hubiera sido porque no me daban trabajo en las bananeras, tal vez no me
habría esforzado tanto, pero eso me dio tanto coraje que quise demostrarle a
ese que podríamos salir adelante, ahora ya tenemos casa, la finquita y...
|
|
__...Y creo
que un bebé __dijo Mayita__
|
|
Carlos
Antonio la inundó con su mirada llena de felicidad y aunque ya Mayita no
tenía edad para un embarazo, pues estaba cerca de los cuarenta y nunca había
tenido hijos, lo que más deseaban los dos era tener un niño, por eso él
confiaba en que Dios los iba a proteger desde el primer momento.
|
|
Ahora
tendrían que seguir luchando, ahorrando y sembrando. La vida les daba un ser por quien vivir.
|
|
Compró cinco
hectáreas más y las sembró de plátano, esa cosecha estaría para cuando
naciera el niño.
|
|
El platanal
crecía hermoso y verde, muy verde.
|
|
Aquella
tierra era bendita, todo lo que se sembraba crecía robusto y saludable. El hombre sembraba y Dios hacía crecer las
plantas y con ellas la esperanza de un futuro mejor.
|
|
CAPITULO XXII
|
|
La negra
cinta de asfalto que comunicaba la provincia de Limón con la capital, era
eso, una cinta negra que adornaba la verde alfombra que cubría las llanuras
de Matina.
|
|
__El banano
es progreso__ decían nuestros representantes de gobierno y las instituciones
encargadas del desarrollo. Progreso,
progreso. Desde la construcción del
ferrocarril al atlántico se escuchaba eso.
|
|
Y Matina
seguía durmiendo, dormía un sueño del que tal vez un día despertaría y vería
los patios donde corrieron los niños sembrados de banano y la finca de el único negro que luchaba por conservar la tierra que
le heredaron sus antepasados, para sembrar ñame, ñampí,
yuca y malanga, sin árboles de jaquí y de fruta de
mono, sin árboles de fruta de pan y castañas y todo estaría sembrado de
banano.
|
|
Natalio iba a
una de sus citas médicas, por su rodilla.
Le gustaba sentarse al lado de la ventana para observar aquello que
los políticos se esforzaban por que creyéramos que era progreso.
|
|
__Progreso
__dijo __ ¿para quienes? ¿Para los que
venden nuestros sueños? ¿Nuestra
cultura a extranjeros? Con el único
propósito de conservar un estilo de vida, llena de lujo y tecnología,
mientras el pueblo se debate en la miseria.
|
|
Las
fisioterapias y los medicamentos eran parte de la vida de Natalio. No podía dejar de pensar en sus años de
bananero, cuando el se jactaba de ser el mejor
carrero.
|
|
Alguien se
sentó a su lado. Volteó a ver y era
uno de sus antiguos compañeros de Trabajo
|
|
__Diay Nata ¿Cómo te va? , vieras como me alegro de verte.
|
|
__Fíjate que
yo si no fuera por esta pata, diría que bien, y claro yo también me alegro de
verte, hace tiempo que no te veía.
¿Cómo te ha ido?
|
|
__También
podría decir que bien. Me compré una
finquita. Y me hice mi casita no me
puedo quejar... pero ¡que tirada! A vos
nunca se te compuso esa pata.
|
|
__Así es, ya
cuando uno no sirve para nada...
|
|
__Y ¿ondee
vivís ahora?
|
|
__En
Estrada. Ahí compramos un terrenillo
muchos de los que fuimos liquidados, vos sabes Estrada es la tierra más buena
pa sembrar plátano, da unos platanotes
grandes y gordos y dulcíticos que son una miel, yo
siempre he dicho que son los mejores plátanos de la provincia. Cuando me siento un poco bien me voy pa la finquilla y me pongo a chapiar
y a sembrar, me da un gusto ver cuando crecen las matas, verdes y gordas, con
toda la fuerza que absorben de la tierra, si es que parece como que se van a
reventar de lo lindas que se ponen las condenadas matas. Ah, ahí en Estrada vive Chapulín, y Zorro y
Carlos Antonio que salió antes de que lo liquidaran. Y también esta el
Chele y Guapote, Moncho Conga y Grillo y otros más, todos nos metimos a la
cooperativa de plataneros, y nos faltas vos y algunos otros de aquel
entonces.
|
|
Es que yo
compré allá por Cuatro Millas y el Héctor y Ñampí,
también Munguía y Bajop a y Leonel. Otros compraron afuera en Matina, por la
orilla del río, cerca del puente del ferrocarril.
|
|
__Como me
alegra saber de todos, a mi esta condenada pata me
quita las ganas de vivir a veces, pero Dios me la dio y no me voy a quitar
hasta que el así lo disponga, mientras tanto tengo que hacer la lucha. Mira vos, __ dijo Natalio cambiando la
conversación, ahí, hay como diez dragas haciendo canales y un montón de
vagonetas y bajops haciendo un dique, que ¡Dios nos
agarre confesados! Cuando se venga ese
río, y mira ,tienen tiempo de que el río viene y se lleva ese bananalillo y luego lo vuelven a levantar y viene el y se lo vuelve a llevar, ya hasta dicen que ese
terreno tiene una maldición, que porque era un cementerio indígena y no lo
respetaron, dicen unos jetas por ahí que la draga sacó una tumba y que habían
un montón de cosas de piedra, hasta la figura de un rey y una reina con sus
cabezas trofeo y todo, hasta un trono de piedra al estilo indio y un montón
de piedras de moler pequeñitas, como para moler cacao, y un altar en forma de
jaguar y dicen que todo lo sacaron los dragueros y
lo fueron a vender de a callado, que no se diera cuenta el dueño de las
dragas, pero... los reyes están cobrando venganza por haber sido sacados de sus
tumbas, dicen que esas figuras eran impresionantes y que el río les obedecía,
que hasta que no vuelvan a su lugar, no descansaran en paz y que van a
destruir todos estos lugares y las bananeras, pero... lo malo es que ahora
quien sabe adonde están. ¿Sabes que? Con maldición o sin maldición, lo que me
extraña es que ese pedazo donde inunda el río todo el tiempo no es muy grande
y sin embargo insisten en sembrarlo cada vez que se lo lleva el río, no
entiendo, como hacen para invertirle tantos millones en canalizaciones y
diques, si después viene el río y se lo lleva, no entiendo por que si el precio del banano está tan malo como dicen
ellos, porque insisten en sembrar e invertir en un terreno que les da tanto
gasto.
|
|
__No si por
ellos ya hubieran sembrado banano hasta en el patio de las escuelas y las
iglesias y esos diques que hacen cada vez más altos a los que van a afectar
es a los poblados que están desprotegidos y lo malo es que nosotros nos
aguantamos todo, siempre nos quedamos queditos, dejando que hagan lo que les
da la gana.
|
|
__Aunque
hagamos algo... ¿Qué podemos hacer?
¿Quién nos va a oír? Las leyes
siempre van a estar al lado de ellos, A nosotros lo que nos queda es llevar
palo. Cualquier cosa que hagamos
llevamos las de perder, siempre nos prometen, nos dicen que nos reunamos, que
va a venir el ministro, después el dice que hay que
hacer otra reunión y que trataremos de resolver el asunto pero que hay que
esperar a ver que dicen los técnicos y luego los técnicos dicen que hay que
revisar los estudios que se hicieron y...
|
|
__Y... mientras
tanto nos lleva puta, esperando que resuelvan algo
|
|
__No creas,
podemos hacer algo, creo que debemos de reunirnos todos los que tenemos
tierrillas a la orilla del río o en terrenos que se inundan y después iremos
todos a una sesión municipal, pa ver si esos del
gobierno hacen algo.
|
|
__Sabés queso es una buena idea, __ dijo Natalio__ yo me
voy a encargar de hablar con los de Estrada y vos con los de Matina y Cuatro
Millas, pa que nos organicemos. Anda a mi casa, solo preguntas por mi, ahí todo el mundo me conoce, y te podrán decir donde
vivo. Hay que apurase, porque cuando
empiecen las lluvias, ese río hará de las suyas.
|
|
CAPITULO XXIII
|
|
Diciembre,
mes de aguinaldos, de tamales, de paseos, de fiestas, de compras, mes del
comercio, y de vientos de verano que levantan enaguas y arrancan techos allá
por Esparza y Guanacaste.
|
|
Allá en la
zona atlántica, mes lluvioso, de torrenciales aguaceros, de ríos crecidos, de
ropa mojada y de grandes luchas por una Navidad feliz para los niños.
|
|
Los
trabajadores bananeros trataban de meter horas extras para ganarse un poco
más y comprar los estrenos a sus hijos y algún juguete a los más pequeños.
|
|
Algunos
hacían aseo en la planta empacadora, otros limpiaban rolas y otros afilaban
los curvos de selectar o descargaban contenedores
de cartón.
|
|
Para la zona
atlántica era un mes lluvioso, mientras que para el resto del país, era de
verano. Día con día la lluvia azotaba
la zona.
|
|
Diciembre era
un mes de sorpresas, y nunca eran agradables.
Densos y oscuros nubarrones pasaban y pasaban hasta perderse en los
azules y altos cerros de la cordillera.
|
|
Un ruido
ensordecedor de ranas rojas y verde con negro, hacían perder las esperanzas,
cada vez que la lluvia se aplacaba.
Dejaba de llover por un momento y luego continuaba, más fuerte.
|
|
Natalio
dormía plácidamente a pesar de las fuertes lluvias, porque él había
construido su casa en unas altas basas, él y muchas personas más, para no
tener que estar subiendo muebles y amarrándolos a las cerchas, era mejor
prevenir, por eso construyeron en basas bien altas.
|
|
__Nataliooo, Nataliooo, Nataliooo.__gritaban desde afuera como a las once de la
noche.
|
|
__ ¿Que pasa? ¿Qués la jodedera? __ preguntó desde adentro__
|
|
__Que ya se
salió el río __le contestó el vecino.
|
|
__Bueno,
gracias, no te preocupes. Yo ya alisté
todas las cosas antes que anocheciera.
|
|
__Bueno,
Nata, buenas noches. Voy a caerle mal a otros.
|
|
__Buenas
noches __dijo__ y se dio vuelta en la cama y siguió durmiendo.
|
|
Era normal,
siempre que llovía mucho el río se salía, no había paso hasta la pista,
Estrada y Matina quedaban incomunicados.
No había de que asustarse, luego bajaba. Era solo recoger las cosas, ser precavido,
además, se estaba construyendo un dique allá arriba, en un lugar al pie de la
montaña que se llama Corina.
|
|
Era imposible
que llegara al piso de su casa. Para
eso la había construido bien. Se
durmió plácidamente.
|
|
Aún quedaban
poquitos de noche escondidos bajo los árboles y las plantas de dátil del
poblado, cuando sintió la humedad en su colchón. Abrió un poco los ojos y tocó a un lado, el
frío subió por todo su brazo, el agua llegaba al borde de su cama, eso era
imposible, a no ser que otro diluvio cayera sobre la tierra a pesar del pacto
de Dios con Noé. Se levantó
apresuradamente y despertó a su mujer, ya el colchón estaba mojado.
|
|
Amarró los
muebles de sala que ya estaban mojados y las camas, los colchones estaban
inservibles y lo demás se lo llevó el río, muchas cosa andaban flotando
dentro de la casa. Apenas amaneció,
llegaron sus vecinos a llevarlos en una panga para el albergue, en la
escuela, que era el edificio más alto.
El frío hacía que le doliera más la pierna. ¡Que cosa! Cuando el construyó esa casa estaba seguro
que el río nunca lo haría salir de ahí.
|
|
Natalio y su
mujer llevaban lo que habían podido rescatar de ropa. El albergue estaba totalmente cubierto de
esponjas y cobijas con el sello de la comisión de emergencias. Casi no se podía caminar dentro de él. El frío era insoportable y la estancia ahí
también. Los servicios estaban
atascados y el olor también. Habían niños de todos los tamaños y faltaban los
pañales. Los más pequeños lloraban de
frío, el quería llorar del dolor.
|
|
La panga
llegó con más gente y decían que en Vanazos estaban
subidos en los techos esperando a ser rescatados.
|
|
Carlos
Antonio bajó de la panga y ayudó a Mayita a bajar. Ella estaba en avanzado estado de
embarazo. Natalio se apresuró a bajar
las gradas a pesar del dolor a ver en que podía ayudar a su amigo y a su
esposa.
|
|
Acomodaron
las esponjas cerca de ellos y se acostaron a descansar.
|
|
__Esto está
feo__ le dijo Carlos Antonio a su amigo.
__oí que allá arriba, en un lugar que se llama Baltimore, ya ha
arrancado cuatro casas. Y dejó sin
cultivos a muchos campesinos.
|
|
__Si, ya oí
eso__ dijo __además dicen que hay varios ahogados y desaparecidos. Y muchos animales domésticos. Esto tenía que pasar, yo lo venía diciendo,
pero como soy uno más del montón y no tengo ningún título, quién me va a
hacer caso. Lo que uno dice no vale
para nadie y los que pueden o se hacen los chanchos por negocio o son más
brutos que uno.
|
|
__Fíjate que
la vez pasada yo estaba conversando con el vecino de la finquilla__ dijo
Carlos Antonio __ y nos preocupaba eso que las bananeras hacen diques por
todo lado y otras empresas que tienen mucha plata, y lo que hacen es tirar el
agua a otra parte o a los platanalillos de uno que
no puede protegerlos porque no tiene plata.
La verdad es que ya uno no sabe ni que hacer porque por más que lucha,
nada le sale bien.
|
|
__Ese río es
el mero pisuicas, nada lo detiene, ellos creen que
con diques, hay van a ver como el río les va a pegar un susto y les va a
demostrar que lo que hacen es tirar la plata.
A el no lo van a detener con diquecitos y
canalitos. Eso de los diques es para
que la gente no esté fregando.
|
|
__Carajo, es
que nos hemos vuelto tan sinvergüenzas que todos queremos agarrar algo y a la
hora llegada lo que se hace no sirve para nada. Y los que realmente necesitan quedan
desamparados__ dijo Carlos Antonio bostezando a causa del sueño por la
desvelada de la noche recién pasada. Y
por el hambre contenida.
|
|
__A mi también me está jodiendo el hambre y lo peor es que me
da lástima ver ese montón de güilitas con frío y
con hambre, porque el río nos llevó la provisión a todos.
|
|
__Ahora que
venga una panga voy a ver si me llevan a donde el chino a comprar algo, la
mujer en ese estado no puede estar aguantando hambre, vale que tengo unos
ahorros aquí.
|
|
CAPITULO XXIV
|
|
Una corriente
veloz y ensordecedora arrastraba troncos, yutes, pejibayes, piedras inmensas.
|
|
Desde el
corredor de su casa, doña Leona, una anciana que vivía sola, escuchaba con
temor como la pequeña quebrada que pasaba al frente, se había convertido en
una monstruosa y arrasadora corriente que arrancaba todo a su paso. Su humilde vivienda quedaba al pie del
cerro y era rodeada por la quebrada.
Se hacía imposible salir de ahí, excepto por la montaña que para su
edad era un obstáculo infranqueable.
|
|
Si se come la
vuelta me lleva__ dijo doña Leona__ bueno que sea lo que Dios quiera,
|
|
Aquí solo el me puede ayudar.
Que acompañe a mi hijo que esta al otro
lado.
|
|
Lo peor es
que no puede pasar para acá, por la señora y el chiquito. Dios mío, aquí nadie puede venir a
ayudarnos. Si esto sigue así vamos a
morir de hambre, si no nos arrastra la corriente antes.
|
|
Sus
pensamientos fueron interrumpidos por un espantoso estruendo, la casa se
estremeció bajo sus pies y las tablas y el zinc crujieron. La anciana creyó que ya le había llegado su
hora. Cuando todo pasó se arrodillo
agradeciéndole a Dios por estar viva.
|
|
En aquella
soledad solo su fe y confianza en el creador le daba valor. Cuando el río bajara ella podría salir y
estaba segura que su hijo se encontraba bien.
|
|
__Dios mío,
acompaña a toda esa gente de Corina y los pueblos que están más abajo,
Estrada, Matina, Baltimore, Bristol, La Esperanza, B Line, no permitas que
ese río haga más daño.
|
|
La anciana se
acostó, pero no pudo conciliar el sueño, su mente pasó orando.
|
|
CAPITULO XXV
|
|
En algunos
lugares la gente estaba en los techos, en otros el agua pasaba por las
ventanas de las casas, arrancando celosías, puertas y arrastrando muebles,
utensilios de cocina, comida, animales domésticos y todo lo que se pusiera a
su paso. En el cerro más cercano
habían improvisado galerones con zinc viejo, plásticos y cartones, pues en
Corina, el río se había tirado a la orilla del poblado, en la antigua
quebrada La Veinticinco y estaba arrancando cultivos de pejibaye, y ya pasaba
por el patio de algunas casas
|
|
Como una
serpiente, se escondía en las sombras de la noche, buscando como hacer más
daño. Se escondía en la oscuridad y
nadie podría saber lo que había pasado hasta que amaneciera. Solo se escuchaba aquel estruendo
aterrador, aquellos retumbos, que causaban los gigantescos árboles que caían
junto con grandes pedazos de terreno de la orilla. El suelo temblaba en cada caída.
|
|
El Chirripó
arrastraba todo, las plantaciones de banano, de plátano, de yute, de cocos,
de pejibayes. Aquella destructora y demoledora corriente devoraba todo.
|
|
Los aguaceros
torrenciales intermitentes caían día y noche.
La gente temía que Dios hubiese olvidado el pacto del arco iris. Nadie podía conciliar el sueño, el frío y
la humedad mantenía despiertos a los niños.
|
|
La gente de
Corina tomó una decisión .y con el agua a las rodillas emigraron buscando los
lugares altos o el refugio construido de emergencia, ya el río estaba
arrancando el poblado y no se sabía hasta donde iba a parar. La oscuridad no permitía ver por donde estaba afectando más.
|
|
Pocas
personas quedaron en sus casas, pues aunque el agua no había llegado hasta
ellas, el temor las mantenía despiertas, el poblado podía ser arrastrado en
las sombras de la noche.
|
|
Llegó el
amanecer, la débil luz del sol apenas pasaba entre los densos nubarrones
y...con la luz del día, se pudo observar el triste y espantoso paisaje de un
inmenso río devorador que había dado cuenta de un sin fin de hectáreas de
tierra firme. Durante la noche había
cambiado su cauce y entraba por las humildes calles del poblado y muchas
casas habían desaparecido.
|
|
Patios,
potreros, plantaciones. Todo estaba
cubierto de lodo y rocas. Ahora todo
era playón del río.
|
|
El hambre y
el frío se paseaban de la mano, pues comestibles y ropa fueron arrastrados.
|
|
Cuando bajó
el caudal, entró el alcalde y los encargados de las obras comunales de la
provincia y altos funcionarios del gobierno, pero nada, no decían nada, solo
contemplaban el río y luego se regresaban, quedando el pueblo agobiado por
las pérdidas y sin saber que iban a hacer con ellos.
|
|
CAPITULO XXVI
|
|
Después de la
tempestad viene la calma, dice un viejo refrán. En los pueblos afectados por el río se fue
el temor, pero no podía haber calma, lo único que pesaba sobre las espaldas
era una gran desolación., el aguinaldo se lo había llevado el río, pues las
compras hechas para esa época fueron arrastradas, entre ellas los
ingredientes de los tamales. Pero...el
amor a la vida lo hace a uno resignarse y seguir luchando.
|
|
La casa de
Natalio, tenía las basas inclinadas, como pudo
subió, pero las cosas que no tuvo tiempo de amarrar, fueron arrastradas por
el río. Cuando bajó dos gruesas
lágrimas venían bajando también por su cara sin poder disimularlas. Su esposa lo abrazó y lo escuchó decir:
|
|
__Puta sal,
estas carajadas hasta maricón lo hacen a uno.
__ Y se enjugó los ojos con la manga de la camisa.
|
|
Allá, en su
casa, Carlos Antonio vio junto a su mujer como el río había pasado por las
celosías, llenando de lodo y suciedad la cuna del niño que esperaban con
tanta ilusión. Y que estaba por nacer
en cualquier momento. Mayita abrió las
gavetas de la cuna y también la ropita estaba inservible.
|
|
Tratando de
que su mujer no se sintiera tan mal, le dijo con gran ternura:
|
|
__Mañana
vamos a Limón y le compramos todo lo que haga falta, cogemos de los ahorros,
de por si para eso son, para una emergencia.
|
|
__ ¿Y si no
hay tiempo?__ dijo Mayita como queriendo que su marido captara el mensaje,
con una mano en la espalda y la otra en la cadera y con un disimulado gesto
de dolor.
|
|
__ ¿Que? ¿Me querés decir
que...?
|
|
__Es que
desde anoche me siento mal, pero he tratado de soportar hasta que los dolores
se hicieran más fuertes para no preocuparte en estas carreras.
|
|
__Entonces
eso quiere decir que ya los tenés fuertes...__exclamó
fuera de si Carlos Antonio__ Quédate tranquila, no
te asustes eso no es nada, voy corriendo a llamar la ambulancia. Tranquila, tranquila, tenés
que ser valiente, este...
|
|
__Ya, ya, el
que se tiene que tranquilizar sós vos, no soy la
primera mujer que tiene un bebé.
|
|
__Si pero es
la primera mujer que tiene un hijo mío.
__La frase la terminó mientras caminaba.
|
|
Dio gracias a
Dios por tener los ahorros, con eso podría comprar lo que había perdido para
que su mujer y su hijo estuvieran cómodos y confortables. Después con esfuerzo y dedicación lograría
volver a ahorrar y arreglaría de nuevo los platanales y el dátil, ahora lo
importante era que los dos seres que amaba con toda su alma estuvieran bien.
|
|
Mientras
caminaba de regreso a la casa a ayudar a Mayita, elevó su mirada al cielo y
clamó:
|
|
__Señor no
permitas que mi hijo nazca en la miseria y ayuda a Mayita en el parto, yo
estoy dispuesto a trabajar más que antes por los dos, dame fuerzas y salud
nada mas que yo me encargo de trabajar para ellos.
|
|
CAPITULO XXVII
|
|
Carlos
Antonio caminaba de aquí para allá por los pasillos del hospital, como ya no
era un trabajador bananero no estaban asegurados y de emergencias lo habían
mandado a verificación de derechos. Le
informaron que tenía que pagar la atención del parto y los días que su mujer
tuviera que estar internada. No le
importó pues para eso había guardado suficiente dinero, y lo único que le
importaba era que todo saliera bien. El era fuerte y estaba acostumbrado a luchar.
|
|
Cuando llegó
de nuevo a emergencias, Mayita lo esperaba en la acera del hospital.
|
|
__ ¿Que pasó? ¿No te
han atendido? __dijo extrañado.
|
|
__Si ya me
atendieron__ contestó ella disimulando su dolor, pero como no tengo
suficiente dilatación, la doctora dijo que todavía no me podía internar.
|
|
__ ¿No le
dijiste que no vivimos aquí cerca?
|
|
__Si se lo
dije, pero aún así me mandó para la casa y me dijo
que regresara solo si tenía muestras o dolores muy fuertes.
|
|
__Pero...
espérame aquí, voy a hablar con ella.
|
|
Entró al
consultorio sin importarle la fila y sin tocar la puerta. Al verlo la doctora le ordenó salir.
|
|
__No voy a
salir, usted está mandando a mi mujer para la casa y ella esta con dolores
fuertes y vivimos muy lejos y en un lugar que acaba de ser afectado por las
inundaciones y...
|
|
__Vea señor,
salga de aquí ¿usted cree que ella es la primer
mujer que está con dolores de parto.
Además la veo bastante vieja como para estar asustada.
|
|
__Doctora, no
es que esté asustada, es que vivimos lejos, y...
|
|
__Ya perdí
mucho tiempo hablando con usted, salga y llévela a su casa y si ve que está
mal la trae.
|
|
Carlos
Antonio salió apretando los puños y la boca para no dejar tiradas por el
pasillo una explosión de palabrotas de las que ya no decía porque Mayita no
lo dejaba.
|
|
Llevó a su
mujer a un modesto hotel, estaba totalmente seguro que si regresaba a su casa
no habría tiempo de que la atendieran, además su casa no había sido lavada
después de la llena y no tenían donde dormir, y todos los vecinos estaban
igual.
|
|
Las sombras
de la noche cubrían Puerto Limón, que se vestía de luces.
|
|
Estaban
sumamente cansados, todo había sido tan terrible, el salir de su casa en la
madrugada de la llena en una panga para llegar al refugio, después, dormir en
una esponja en el piso y pasar el día sin tener donde sentarse, luego...los
dolores y pasar el día en el hospital.
No tardaron en dormirse, pero los dolores hicieron que Mayita
despertara a su marido a las tres de la mañana.
|
|
__Carlos,
llama un taxi, rápido, que me muero.
|
|
Con los
zapatos en la mano, salió a la calle y llamó un taxi. Al llegar al hospital cargó a su mujer en
brazos pues ya no podía caminar.
|
|
La doctora
que la había atendido en la noche ya no estaba y el médico de guardia la
atendió inmediatamente.
|
|
__Señora ¿Por
qué viene hasta ahora?
|
|
__Yo vine
anoche.
|
|
__A si aquí
está en su expediente, pero la hoja de referencia suya dice que usted es
hipertensa, y su edad, las dos cosas hacen de su embarazo que sea de alto
riesgo por lo que tenía que ser internada.
¿Anda sola?
|
|
__No señor,
mi esposo está afuera.
|
|
__Tengo que
hablar con el.
La voy a internar.
|
|
El médico
ordenó que la internaran inmediatamente.
No tuvo que mandar a llamar al asustado papá, porque este apenas
arregló lo de los papeles se presentó al consultorio.
|
|
__ ¿Como está ella doctor?
|
|
__No quiero
asustarlo, pero le mandé un ultrasonido porque todo apunta que hay que
operarla, además ella tiene la presión muy alta...
|
|
__Doctor haga
lo que crea conveniente.
|
|
Salió del
hospital y se sentó en el tajamar y al frente del mar pidió a Dios por la
vida de sus dos amores desde lo más profundo de su corazón.
|
|
Un hombre que
estaba en emergencias cuando atendieron a Mayita y que lo estaba escuchando
le dijo:
|
|
__No se
aflija hombre, que ya Dios le escuchó la oración desde antes de que usted le
pidiera, ese doctor que esta atendiendo a su señora
es el mejor ginecólogo que hay y con el y Dios
cuidándolos, pa que mas.
|
|
__Si ¿verdad? No tengo por que
estar triste, ya mi hijo va a nacer.
Si usted supiera la historia de nosotros dos. Esa mujer es lo que mas
amo en la vida y si tuvimos ese hijo fue porque era lo que mas deseábamos los dos.
Viera...ella sufrió mucho hasta que nos conocimos y...
|
|
Carlos
Antonio le contó la historia de ellos al desconocido que le había dado
aquellos consejos que fueron para el un
tranquilizante y luego se despidió de el. Tenía que regresar a la casa a acomodar
todo.
|
|
De regreso
sus vecinos se ofrecieron a ayudarle a lavar la casa. Botó lo que no servía y lavó lo que todavía
podía servir. Fue a comprar lo
necesario para la atención del niño y su mujer y luego compró dos gallinas
caseras y las pagó a limpiar para tener la carne en la refri
para cuando vinieran ellos. Recordó
que su papá le hacía a su mamá una sopa de gallina después que nacían sus
hermanitos. Cuando ya tuvo todo limpio
y seco fue a la mueblería a comprar lo necesario para suplir lo que había
dañado la llena.
|
|
A las dos de
la tarde pagó un carro para ir a ver a Mayita. Preguntó en información pero solo le
dijeron que ella estaba estable.
|
|
Subió y fue
directo a maternidad., recorriendo uno y otro salón, hasta que al fin la vio
en una cama junto a la ventana que tenía vista al mar... Vestía una bata verde y la tenían con
suero Aún dormía. La contempló por largo rato. Ya la habían operado. La besó en la frente destilando ternura y
luego fue a buscar a una enfermera.
|
|
__ ¿Podría
informarme como se encuentra la señora de la cama doscientos veintiuno?
|
|
__Ella y la
niña se encuentran bien.
|
|
Regresó a la
cama y se sentó al lado de ella, tomándole la mano con suavidad.
|
|
Gracias Dios
mío, gracias.
|
|
Señor, si
quiere puede ir a ver a la niña a neonatos, yo lo llevaré.
|
|
De regreso ya
Mayita había despertado y pudo ver el rostro de alegría de su marido que
desbordaba agradecimiento y la envolvio en la
mirada más dulce y tierna que jamás nadie le había dado.
|
|
CAPITULO XXVIII
|
|
Las
consecuencias de la llena y la hospitalización de Mayita habían consumido la
mayor parte de los ahorros de Carlos Antonio y le plantación había sido muy
afectada. Tendría que trabajar mucho y
esperar para volver al nivel de antes.
Su pequeña hija y su mujer no podían pasar hambre. Algo tenía que hacer.
|
|
Dos hombres
entraron al lugar a comprar caballos viejos.
Los de el, aunque viejos estaban
alentados. Y...su viejo caballo
Chapaneco que le había ayudado tanto y el Chino Tenía que vender uno, pero... a
esos hombres. La gente decía que los
compraban para hacer salchichón y... la verdad es que él no quería saber para
que los compraban, prefería pensar que no era cierto, su conciencia no lo
dejaba en paz, pero no podía permitir que aquellos seres que tanto amaba
pasaran necesidades.
|
|
Se decidió
por el viejo y noble Chapaneco. El
chino sería el que le acarrearía el plátano.
|
|
No pudo
hacerlo el directamente y le pidió a un amigo que fuera a traerlo y que lo
negociara el.
Solo pagaron veinte mil colones.
Eso alcanzaría para comprar la comida de la quincena y le quedaría un
poco para otros gastos mientras se normalizaba todo. Después ya vería que hacer. Su mujer no se enteró de lo que había
hecho, para que preocuparla.
|
|
El sabría
enfrentar aquella situación. Para eso
tenía suficiente coraje. Volvería a
sembrar de plátano y dátil el terreno y si tenía que volver a entrar a una
bananera, lo haría.
|
|
La vida
continuaba para todos, y...todos ellos habían sido bananeros, hombres
acostumbrados a luchar con el mal tiempo, con el sol ardiente del verano en
el Atlántico, con la malaria, con el dengue, con las serpientes más
venenosas, con el papalomollo. Pedirían ayuda al gobierno si fuera
necesario... pero no se darían por vencidos, esa era su tierra, un pedazo de su
patria, que les daba derechos sagrados, lucharían por ella y el plátano y el dátil
volverían a reverdecer y cubrirían aquel suelo maravilloso y pródigo.
|
|
CAPITULO XXIX
|
|
Natalio
estaba en la misma situación que su amigo y que todos los demás.
|
|
Acostado en
su hamaca, en el patio, pensaba en como resolver
aquella situación en que los había dejado la última llena, cuando vio dos
hombres que se acercaban al portón del frente. Eran caras conocidas, su
antiguos amigos Benito y Agustín.
¿A que vendrían después de tanto tiempo, de que había salido de la
bananera?
|
|
__Diay muchachos ¿que los trae por aquí? __dijo__
|
|
__Aunque hace
mucho tiempo que no nos vemos __dijo Benito___ no creas que la última vez que
nos vimos en el bus se me había olvidado o que fui pura paja, es que como
algunos viven en Cuatro Millas y otros casi llegando a Siete Millas pues la
verdad que queda un poco largo y como hay que pagar carro y a veces esta uno mas limpio que la tabla del dulce , pues fui donde
algunos y les encargué que le avisaran a los demás, pero en eso se vino el
mal tiempo y después la llena y ahora pues lo estamos haciendo por una
emergencia y venimos para que te unas a nosotros.
|
|
__Unirme a
que __dijo sonriendo __yo con esta pata lo que más puedo es estorbarles y
ahora casi no tengo por que pelear, la llena me
echó a perder, todo el platanalillo y el dátil que
me daba para irla pasando, y en la casa me dejó todos los muebles hechos
leña, sin cobijas, sin ropa, ahora ya pa que,.
|
|
__No creas,
por esa pata mala es que debes de unirte.
Si eso de los diques no a
quedado ahí, como que ya les gustó.
Ahora después de esta llena están comenzando a hacer diques por todo
lado. Van a hacer uno allá de la boca
del Río Peje para abajo, que para proteger Zent
Viejo, cosa que nunca les preocupó, hasta ahora que esta
el Colono por ahí. Van a construir uno
en la margen del Río Barbilla, para proteger fincas de una transnacional
bananera y unas tierras que están a la orilla de la carretera de Matina que
no las han empezado a cultivar para no dar el color pero que en cuanto se
construya el dique ya vas a ver que lo hacen, que te lo estoy diciendo, y eso
lo que va a hacer es inundar a toda la gente pobre que vive a este lado. Pobrecillos los dueños de Santa Clara
porque el agua les va a llegar hasta el techo, y los de B Line y Bristol, y
La Esperanza y todas esas tierras a la orilla de la pista, la finca de Luís
Diego y otras más, aunque no lo crean, ese monstruo bananero está extendiendo
sus tentáculos y nos va a destruir a todos.
Creo que el cantón como poblado va a desaparecer y lo que va a quedar
son solo bananeras, ellos quieren las tierras, solo las tierras.
|
|
__Mira __dijo
Benito__ andamos formando un Frente de Lucha de todos los que tenemos casa,
negocio, o fincas a la orilla del río o en lugares que se llenen.
|
|
__Espérate,
Benito __dijo__ jaláte aquella banquilla que está
allá por el gallinero pa que se sienten y hablemos
cómodos __y gritó a su mujer diciéndole.
|
|
__Ángela,
pone agua para que te hagas un cafecito, que llegaron Benito y Agustín y
otros viejos amigos, anda a la pulpería a comprarte un pancillo.
|
|
__ ¡No te
digo! Pa que
te molestas. __dijo Benito, pero la verdá es que ya nos conoces y siempre andamos con ganas
de tomar café.
|
|
__Bueno,
hemos decidido organizarnos porque ya las llenas nos tienen en la calle y no
sabemos que hacer y que somos los más perjudicados,
porque después de trabajar tantos años de peones en la bananera, ahora que
estamos viejos o enfermos como vos, lo único que pudimos comprar con lo que
nos dieron fueron esos terrenillos pa poder seguir
viviendo y ahora ellos si tienen plata pa poder
hacer diques y canales, pero nosotros estamos feos porque apenas si ganamos pa comprar la comodilla de la quincena.
|
|
__Si __dijo
Agustín interviniendo en la conversación___ y si no hacemos algo vamos a
quedar pidiendo limosna. Por eso
vinimos a buscarte y también queremos ir donde Carlos Antonio.
|
|
__A si, por
cierto, vieras que feo le ha ido a ese pobre.
Tuvo que echar mano de los ahorrillos que tenía, porque la doña tuvo
una güilita precisamente ahora para las llenas y la
tuvieron que operar y el pobre la ha visto fea pues el agua se metió a su
casa que la hizo de dos plantas para no tener que estar alzando muebles.
|
|
__En serio
tiene una carajilla__yo no creí que ese se fuera a
casar y menos a tener hijos
|
|
__A si __dijo
Natalio__ y no solo eso que se casó en serio, después que se juntaron, se
casaron, pues ella no se había casado con el viejo aquel, dice que el nunca quiso casarse con ella después que se juntaron.,
pero con Carlos Antonio, ese hombre se muere por ella... y no es para menos,
esa mujer aunque esta madura es muy bonita y sobre
todo muy buena.
|
|
__Creo que
tiene sobradas razones para unírsenos ___dijo Agustín.__
|
|
__También
Zorro y Chapulín viven por aquí y Taltuzo y
Cecilio, todos ellos compraron un terrenillo por aquí cuando los liquidaron y
se metieron a una cooperativa de plataneros, pero, la cooperativa aunque
brinda ayuda ahora con tanta llena a cada rato no se a
recuperado de una cuando viene otra.
La salvada es que esta tierra es solo un poco de abono y ya. Siempre ha sido así, el río después de las
llenas deja una capa de tierra, que le roba a las montañas y la deja aquí,
cuando seca y le sembramos plátano es como una bomba porque esas matillas
crecen verdes y hermosas. Antes más
bien se esperaban las lluvias para que el río dejara humus, pero ahora con
tanta montaña botada por todo lado y con tanto dique, nos pega unos sustos
que mas bien ya no queremos que llueva. La verdá nunca
había llenado así.
|
|
La esposa de
Natalio llegó con un pichel de café y varios vasos, el aroma se esparció por
el patio. Los visitantes saborearon el
delicioso y aromático café.
|
|
Acordaron ir
a buscar a los otros antiguos compañeros y reunirse la semana siguiente con
el grupo de Matina para organizarse y hacer las visitas a las instituciones
respectivas, en busca de apoyo para proteger sus tierras. También querían visitar los pueblos que
estaban siendo arrancados por el río Corina, Baltimore, Bristol, La
Esperanza, y los que iban a ser inundados, B Line, y por supuesto Matina y
Estrada.
|
|
CAPITULO XXX
|
|
Después de la
llena, había mucho trabajo, pero poco dinero.
|
|
Carlos
Antonio trabajaba toda la semana con diferentes personas, en la mañana con
uno y en la fajina con otro. El
domingo desde antes de las cinco llegaba al platanal y salía de el hasta que ya las sombras de la noche no lo dejaban
ver. Tenía que resembrar lo antes
posible para que la cosecha fuera pronto.
Mientras se ganaba el sustento diario trabajando afuera, en otra
finca.
|
|
Poco a poco,
con mucho empeño, fue recuperando su situación económica. La sonrisa de su niña y las tiernas
caricias de su mujer, lo impulsaban a continuar, sin descanso, solo esperando
las horas de la noche para disfrutar del cariño y ternura de las dos, ellas
le daban las fuerzas que tanto necesitaba.
|
|
También
luchaba por su tierra. Ese domingo
trabajaría solo en la mañana, porque en la tarde recibirían la visita del
diputado y de representantes del Concejo Municipal, estarían también
representantes de todas las comunidades afectadas, además, el sobrino del
presidente ya los había visitado y les prometió llegar a la reunión.
|
|
Como era
sábado, llegó una hora más temprano a su casa y por eso después de bañarse se
sentó en su lugar preferido, el corredor de su casa, a observar a su mujer
sentada en la mecedora, dándole de mamar a su hija. La niña pegada al pecho blanco disfrutaba
de aquel manjar, la leche le salía por los bordes de la boquita, rodando por
la barbilla.
|
|
¡Que lindas
eran!__ pensó Carlos Antonio Aquella ternura que emanaban las convertía en
aquellos instantes en los seres más bellos de la tierra. Su mujer lo miró cuando las observaba y con
su voz llena de agradecimiento dijo:
|
|
__Gracias,
amor, por amarnos tanto.
|
|
Carlos
Antonio, lleno de emoción, se levantó de su silla y la besó en la frente,
luego tomó la manecita suave y pequeñita de su hija y la acercó a su mejilla,
para sentir la suavidad y la dulzura que emanaba.
|
|
La casa se
llenó del sentimiento que emanaban los tres y por el aire flotaba dulce y
suave la ternura.
|
|
CAPITULO XXXI
|
|
Todos los
antiguos compañeros estaban ahí, además habían lideres
comunales de Corina, Baltimore, Bristol, B Line, Matina, Zent,
4 Millas, y Estrada.
|
|
Eran ya las
dos de la tarde y el diputado no había llegado, ni tampoco el sobrino del
presidente que había prometido estar en la reunión.
|
|
Cuando
parecía que nadie se haría presente apareció un auto con tres representantes
del Concejo y la señorita asistente del Alcalde que inmediatamente se
reportó, porque este había tenido que salir con su esposa enferma, mas tarde apareció otro auto con un joven que traía un
recado del diputado excusándose por no poder estar presente pues tenía otro
compromiso y luego cuando ya iban a comenzar apareció el sobrino del
presidente, que inmediatamente fue rodeado por los señores del Concejo
Municipal y la asistente del alcalde se apresuró a arrimarle una silla.
|
|
La reunión
dio inicio con las palabras de la presidenta del Concejo y luego les siguió
el alcalde que le cedió la palabra al sobrino del presidente, este les
aseguró a los agricultores y representantes del pueblo que se les iba a
resolver la situación y que harían lo posible porque se hiciera pronto, luego
le pidió a la presidenta del Concejo que les permitiera hablar a los
representantes de las comunidades.
|
|
Cada uno
expuso su temor por el peligro que estaban corriendo muchas comunidades y el
problema de los pequeños agricultores que no tenían como proteger sus tierras
con diques o canales.
|
|
Benito pidió
la palabra y se dirigió a todos.
|
|
__Señoras y
señores, dirigentes comunales aquí presentes, representantes del Concejo
Municipal, señor sobrino del presidente, durante largos años he venido
observando como en nuestro pueblo ruedan por el suelo hectárea tras hectárea
de montaña para sembrar banano, con la promesa para el pueblo del desarrollo,
que el pueblo nunca saborea, porque todo queda en los comisariatos de las
bananeras y al final de la quincena las boletas llegan en blanco y a seguir
trabajando porque hay que comer. Los
bananero nos tenemos que ir al campo mal comidos y los chiquitos que quedan
en la casa también, los únicos que se salvan son los que están en la escuela,
pues tuvieron la brillante idea de abrir los comedores escolares y que a
veces no funcionan porque no les han girado el dinero, nuestras mujeres
quedan en las casas mal comidas. En mi
caso, después que me liquidaron, en la bananera, compré una tierrilla y la
sembré de dátil y plátano, pero... ¿Qué
pasó?, el río barrio con todo y tuve que meterme otra vez a la bananera y
ahora no he podido sembrarlo porque no me queda tiempo y de por si, pa que sembrarlo pa que se lo lleve el río cuando esté empezando a
cosechar...
|
|
__ Disculpe
señor __debe darle la palabra a otro __dijo la presidenta del Concejo__
|
|
__Yo __dijo
otro representante__ ya no soy bananero.
Tengo una finquita con plátano y dátil, pero esta última creciente me
dejó sin nada. En donde estaba mi
finca ahora pasa el río. En ese mismo
lugar el año pasado se llevó dos casas.
Llegaron un montón de gente de muchas instituciones y ministerios, que
prometieron ayudar a los afectados y después de un año, nadie les ha resuelto
nada. Solo quedamos en las
estadísticas de los afectados y luego no se hace nada, Dios quiera que nunca
quedemos en las estadísticas de los desaparecidos.
|
|
Todos los
asistentes aplaudieron y luego pidió la palabra otro de los asistentes:
|
|
__Yo tenía
seis hectáreas de plátano y si el río se me hubiera llevado la casa con todos
los chunches hubiera sido mejor, porque ahora no tengo con que mantener mi
familia. Después que todos expusieron
habló la asistente del alcalde, el sobrino del presidente los regidores
municipales y todos coincidieron que harían un dique arriba de Corina y otro
en la margen izquierda para proteger Matina.
Pero aunque algunos dirigentes se opusieron, el ingeniero argumentó
que el no le decía al panadero como hacer el pan, y
al fin todo quedó así
|
|
Cada uno
marchó a su casa esperando que con los diques se resolviera todo y que el
ingeniero tuviera razón.
|
|
Los días
transcurrieron lentos muy lentos.
|
|
CAPITULO XXXII
|
|
Después de un
esplendoroso y quemante sol, a media tarde, comenzó a llover
|
|
Las lluvias
de rutina, las lluvias de enero, las que traen las crecidas__ pa que limpien la playa y pongan las tortugas__. Era algo normal. Todos los que habían vivido en aquella zona
por años lo sabían. El río tenía que
subir pa limpiar la playa. Luego bajaba y a esperar a que salieran las
tortugas allá en Barra de Matina.
|
|
Doña Amalia
tenía muchos años de habitar en aquella tierra y la llevaba en la sangre, en
el corazón. La zona atlántica se le
había metido en el alma. Sentada en su
hamaca observaba como se balanceaban los árboles con el fuerte viento y sentía
miles de gotitas de agua que se colaban con el viento en el corredor. Se levantó de su hamaca y fue a buscar un
abrigo y a vigilar el sueño de los niños.
Tenían razón los del servicio meteorológico cuando dijeron que venía
un frente frío. Puso a calentar
agua. Un café caliente y el abrigo le
ayudarían a sobrellevar el fenómeno.
|
|
Otra vez en
la hamaca, con la taza de café en la mano se dedicó a observar las gruesas
gotas de lluvia que ya en el suelo, corrían en un torrente por el patio. El río golpeaba iracundo en el paredón de
la antigua quebrada la Veinticinco que había sido desalojada por el más
fuerte. Los árboles de pejibaye caían
con los paredones haciendo gran estruendo.
Doña Amalia sentía vibrar las paredes de cemento de su casa, cada vez
que caía un derrumbe.
|
|
__ ¡Que
tirada! No dejan de caer esos palos de
pejibaye, yo mejor me voy a dormir. En
mi cuarto por lo menos no estoy oyendo eso, que me pone tan nerviosa.
|
|
La noche pasó
y llegó el día. A las cinco de la
mañana doña Amalia despertó. Lo hizo
por costumbre, porque las piapias y las oropéndolas
que la despertaban diariamente a las cinco, no sonaron ese día en su
algarabía diaria. Aún estaba oscuro,
las nubes seguían pasando. Salió al
corredor de su casa y se acostó en la hamaca.
Lo más seguro es que las piapias y las
oropéndolas se levantarían hasta que asomara un poco la luz del sol. Faltando quince minutos para las seis
comenzó a clarear. Las aves no
sonaron.
|
|
La mujer se
dirigió al río por la calle de la soda La Veinticinco. No podía creer lo que sus ojos veían.
|
|
La iglesia
evangélica, la casa pastoral, y otra casa estaban siendo arrancadas por la
fuerte corriente del río y el bambusal donde dormían las piapias,
había sido arrancado casi en su totalidad.
Ellas habían tenido que huir en las sombras de la noche. Los vecinos comenzaron a llegar. Todos miraban aterrados como poco a poco el
río iba robando terreno al pueblo.
|
|
Regresó a su
casa desolada, triste, abatida. Tenía
el río a escasos cincuenta metros de su propiedad. El sueño de su vida, su casa, sus árboles,
sus plantas, todo sería arrastrado.
|
|
Era increíble
ver los daños causados en tan solo una noche, de ahí en adelante era solo
esperar su noche, y ella sabía que llegaría.
|
|
CAPITULO XXXIII
|
|
Cabizbajo,
triste, abatido, con sus ojos llenos de lágrimas, el pastor de la iglesia
recogía sus pertenencias y las llevaba al corredor de una casa vecina, que
estaba más alejada del río. Su esposa
y su hijita le ayudaban. Muchos
curiosos habían alrededor. Pocos
fueron los que brindaron su ayuda.
Bajo la lluvia, sin desayunar, lo único que querían era poner a salvo
sus pocas pertenencias. Sus cobijas,
su ropa, todo estaba empapado, tenía que irse para arriba, a la montaña,
porque el río había cerrado el paso hacia la carretera principal y en
cualquier momento rompía por los pejibayales y
yucales, buscando el paso hacia la otra quebrada. De ser así nadie en Corina estaría a salvo,
pues quedarían aislados sin tener hacia donde huir.
|
|
Las personas
que asistían a la iglesia pronto se enteraron, y llegaron en auxilio del
pastor. Muy pronto consiguieron
transporte y trasladaron todo a un lugar seguro.
|
|
El pastor
quedó ahí viendo como poco a poco las paredes de cemento se derrumbaban y
eran arrastradas por el río. Solo
quedaba una pared y la casa pastoral.
El camión que llevó el primer viaje regresó y cuando ya habían
terminado de cargar, vieron como caían las paredes de la casa pastoral. El ministro evangélico no quiso ver caer la
última pared y subió al carro, las gotas de lluvia rodaban por su pelo, por
su cara y las personas que le acompañaban no pudieron ver que con ellas iban
mezcladas unas gotas salobres y calientitas que salían de sus ojos deshogando aquel extraño sentimiento que le oprimía el
pecho, pero acompañada de aquellas lágrimas salió una humilde oración de
resignación y alabanza:
|
|
"Jehová dio,
Jehová quitó, en todo sea Jehová glorificado"
|
|
CAPITULO XXXIV
|
|
Ese amanecer
en Corina, fue para los vecinos de la calle La Veinticinco, un amanecer sin
desayuno y sin ganas de desayunar.
|
|
Marvin y su
esposa Grace vieron como el río había arrancado la iglesia, la casa pastoral
y tres casas más y ya estaba en la cerca del vecino cuyo lote lo que medía
eran escasos diez metros, entonces con el mayor dolor tuvieron que tomar una
decisión, la decisión de arrancar todo el esfuerzo y los sueños que habían
logrado construir a base de sacrificio.
|
|
Aquella casa,
en la que cada tabla era el producto de los anhelos familiares más grandes,
clavadas con el mayor amor, y ahora con dolor tenían que ser arrancadas. Llevaron sus niños a la montaña y los
refugiaron donde don Cachí, el brindaba su casa
como refugio siempre que el río crecía.
|
|
Fue un día
agotador, de ir y venir con viajes, primero con sus pertenencias, luego las
paredes y el techo que iban arrancando.
|
|
El río sonaba
amenazador. No se podía esperar a que
cayera de nuevo la noche. La espera
podía ser fatal. El resto del poblado
también emigraba a la montaña. Nadie
quería pasar la noche en Corina. Todos
buscaban los lugares altos. Los pocos
carros que habían en el pueblo, iban de aquí para
allá trasladando gente, hasta que se le agotase el combustible, porque el
paso había sido cerrado al tirarse el río en la entrada de Bristol y no se
podía ir a la gasolinera. Marvin y su
esposa observaban el lote vacío, con las ruinas de lo que fuera su
hogar. Y subieron al camión, un nudo
en su garganta no les permitía articular palabra.
|
|
Esa noche
durmiendo en el piso con sus niños Grace escuchaba como su marido daba
vueltas sin poder conciliar el sueño.
Un torrente de pensamientos ahogaba su mente. Ya no tenía casa. Tanto que había luchado por ella. Eso significaba empezar de nuevo.
|
|
Al amanecer,
cuando un nuevo día, aunque fuera opaco, decía a aquellas personas que la
vida continúa y que los días siguen transcurriendo habiendo unos buenos,
otros regulares y otros malos, pero todos había que vivirlos. Con el amanecer Marvin bajó con su esposa y
sus hijos a Corina, para observar como seguía el terreno que el río se estaba
llevando. Ya su nivel de agua había
bajado un poco, pero la amenaza continuaba.
|
|
Grace buscaba
las plantas que adornaban su corredor y que no había podido llevarse porque
no cabían en el carro. Ya no estaban.
|
|
Las habían
robado. Sus niñas buscaban los
juguetes que les habían regalado en Navidad, pero tampoco estaban. El niño más pequeño, de escasos tres años,
de pie frente a lo que fue su casa, lloraba, lloraba amargamente, balbuceando
quedamente en un triste monólogo
|
|
__No está, no
está, no está.
|
Una vecina al
escucharlo llorar le dijo:
|
__ ¿Que mi
amor? ¿Qué no está?
|
__Mi cacha,
mi cacha no está__ dijo el niño con gran dolor haciendo con la respuesta que
los ojos de la vecina se llenaran de lágrimas.
|
|
CAPITULO XXXV
|
|
Ante las
seguidas amenazas del río, Mayita decidió salir, con su hijita de año y unos
meses y unirse a la lucha de su marido y antiguos compañeros de trabajo. No podían seguir así, año tras año, llena
tras llena, esperando nada más a que el río viniera y se llevara todo el
esfuerzo, todo el trabajo, todo el sustento familiar, todo el futuro de sus
hijos.
|
|
Caminó con el
agua a la cintura, fue a otras comunidades afectadas, en busca de apoyo. Habló con otras mujeres. Tenían que unirse para ayudar a su maridos. Alguien
tenía que hacer algo. Ya estaban
cansados de diques, la experiencia enseñaba que no eran la solución, que si
hacían un dique para proteger una comunidad el agua buscaría el terreno que
quedaba más bajo con relación al dique y el río se desbordaría por ahí. Mayita al igual que muchas personas,
pensaba que los diques no eran la solución a ese problema, por eso se dedicó
a viajar por las comunidades afectadas a la orilla del río. Necesitaba oír la opinión de las personas
que conocían esos lugares, ver el río desde la parte alta donde empezaba a
hacer daño, en la falda de la montaña.
En Corina encontró a doña Amalia, que había vivido en Estrada muchos
años, en su juventud, y también conocía el río en su desembocadura porque
había vivido ahí.
|
|
Con una taza
de café, Mayita y doña Amalia hablaron del problema:
|
|
__Si doña
Maya, usted sabe que yo he vivido en este cantón desde donde desemboca el río
allá en la Barra de Matina, en Batán, en Estrada, y hasta en Mondonguillo y Barra de Pacuare, allá por el canal de
Tortuguero.
|
|
Aquí en este
cantón pues ya uno estaba acostumbrado a vivir con las llenas, eran como el
río Nilo en Egipto. Venían las
crecidas, dejaban la capa de humus y luego a sembrar para recoger buenas
cosechas. La gente ya hasta disfrutaba
las llenas, porque el agua inundaba sin hacer daño, y era como un espectáculo
ver pasar el río por las calles pero... todo empezó cuando comenzaron a
llevarse las instituciones de Matina que porque llenaba, dejando la cabecera
del cantón sin Cruz Roja, sin Banco de Costa Rica, sin Alcaldía Judicial y
por último hasta la sede Municipal querían llevarse, entonces los matineños y conste que no estoy hablando del pueblo sino
de los representantes municipales y comunales que en lugar de luchar porque
esto no se diera comenzaron a ver la solución en los diques sin pensar que al
no ser afectados ellos, serían afectadas otras comunidades que no tenían nada
que ver en lo que pasaba con el traslado de las instituciones... pero no solo
eso agravó la cosa, porque según cuenta un antiguo suplente de regidor, el fue de guía, enviado por el Concejo Municipal y el
alcalde de aquel entonces... de un chino que era geólogo... y que lo mandaban a
hacer esos estudios la comisión... allá arriba donde queda la laguna Ayil... para ver las
consecuencias del terremoto... y llegaron hasta allá, a la naciente del río,
que es el que desagua la laguna que está en la montaña y que tiene, en la
naciente del río una pared rocosa con una pendiente como de cien metros, tal
vez más, y parece que con el terremoto se cayeron muchas montañas que
aterraron la laguna dejando de cómo sesenta hectáreas solo como diez con
agua, quedando el resto cubierto de sedimento, que según el chino, en
cualquier momento en una creciente de la laguna ,pues a ella le cae el río
Moravia que tiene el nombre de una comunidad indígena del cantón de
Turrialba, ... se nos va a venir encima una avalancha de sedimento y agua que
va a dejar aterrados a muchos pueblos y mucha gente va a morir.
|
|
Pero todo se
dejó así y dijeron que el chino exageraba, que eso no era posible y ahí murió
todo... ahora vea doña Maya, eso que le estoy diciendo, más un río que por años
a arrastrado árboles inmensos, grandes pedazos de
montaña producto de la deforestación tanto de los habitantes, como de las
bananeras, además este río no solo arrastra lo que el hombre concientemente han hecho, también ha sido afectado por
los grandes pedazos de montaña que han caído y los a
arrastrado hasta la desembocadura, cerrándola casi en su totalidad.
|
|
Mayita
escuchaba aterrada, tantos años viviendo ahí y ellos sin saber nada, ellos
y...los demás habitantes.
|
|
__Doña
Amalia, entonces... ¿Qué hacemos?
|
|
__Creo que lo
mejor es reunir las mujeres con sus niños y esperemos que nos visiten para
que nos reubiquen.
|
|
__Dígame una
cosa, ¿usted esta segura que en la comisión saben
esto?
|
|
__Según dijo
Gervasio... si... parece que en los mapas que tiene esta comisión, nuestras
comunidades aparecen con puntos rojos, o sea que son zonas de desastre y las
personas deben ser reubicadas.
|
|
__ ¿Y por que no lo hacen?
|
__Tal vez
porque nadie se pone de acuerdo o porque no hay plata, no se.
|
__Pues
tenemos que hace algo __dijo Mayita__ y pronto, ese problema hay que
resolverlo.
|
__Por lo
pronto, nosotros vamos a esperar al presidente y su comitiva con pancartas,
por lo menos leen los carteles con el mensaje. Después que no digan que nadie les
dijo. Dicen que hoy vienen, si quiere
se queda, es a las once.
|
|
__Está bien,
ya que estoy aquí, debo aprovechar.
Los acompañaré. Esperaremos a
ver si hacemos algo. Aunque sea que
lean los carteles, así, si pasa una desgracia no podrán decir que no se los
dijimos, como dice usted.
|
|
CAPITULO XXXVI
|
|
Las mujeres
de Corina, mujeres humildes, pero valientes, acostumbradas a trabajar bajo el
sol y la lluvia cortando yute esperaron al presidente. Ellas mismas elaboraron los carteles.
|
|
Cuando doña
Amalia pasó, Andrea y Ruth la llamaron para enseñarle:
|
|
__Doña
Amalia, vea, aquí están los carteles.
|
|
__Aja, ¡que
buenos! Pero, Andrea, ¿te acordás cuando la diputada venía aquí para que le
ayudáramos a trabajar aquí su campaña?
Cuando vino a la soda de tu mamá.
|
__A si, ya me
acuerdo, que tomó café con nosotros, sí.
|
__Pues hace
un cartel que diga: "Señora diputada, ya no viene a tomar café con nosotros,
como cuando andaba buscando votos".
|
__Hay doña
Amalia, esa señora nos va a matar.
|
__No importa,
alguna queda viva, lo que importa es hacer algo que llame la atención de
ella, apúrense, porque ya no tarda.
|
|
Doña Amalia
se dirigió a la orilla del río pues ya había llegado la móvil de canal siete
y estaban entrevistando a don Víctor, uno de los que tenían el río muy cerca
de su casa y que en cualquier momento la arrancaba. Luego llegó la diputada con su comitiva,
saludó a doña Amalia y siguió para el río.
|
|
Doña Amalia
se dirigió a la calle principal donde la esperaban Mayita y las demás mujeres
de Corina que apoyaban el movimiento.
|
|
Como a
cuarenta metros estaba parqueada una patrulla de la policía con cinco
efectivos.
|
|
Cuando pasó
la móvil de canal siete hicieron la toma a las mujeres y siguieron, luego en
un carro llegaron unos de la comitiva y alguien fue a avisarle a la diputada
lo del cartel, en particular el del café.
Más tarde ella se presentó muy airada y preguntó directamente a doña
Amalia que tenía el conflictivo cartel en su mano:
|
|
__ ¿Que significa esto?
|
__Doña Amalia
de momento no reaccionó pues no esperaba que ella se disgustara tanto por la
verdad, pero Mercedes respondió:
|
__Yo si tengo
mucho que decirle, y es que usted cuando andaba en campaña si se dignó venir,
pero como ya no nos necesita, entonces, ahora no se acerca a estas
comunidades tan necesitadas, y estamos a punto de ser arrastrados por el río
y nadie se preocupa por nosotros, vea a los de Baltimore, hace ya casi dos
años y no les han resuelto nada.
|
|
__ ¿Que quieren que haga yo, yo no
puedo hacer nada, eso le toca al ministro de vivienda y en lo del río yo no
soy ingeniera. Ahora que venga el
presidente hablamos. Luego se retiró e
hizo unas llamadas., e inmediatamente llegó y les dijo a las mujeres que ya
el presidente venía y que iba a toparlo.
|
|
Aunque ellas
no le creyeron, se apartaron de la carretera para darles paso y luego
buscaron un carro y los siguieron hasta B Line y como ahí tampoco quisieron
hablar con ellos, todas las mujeres rodearon el carro del alcalde, y no lo
dejaron subir a el
|
|
Por lo que
los demás de la comitiva se bajaron de sus carros y vinieron a ver que
sucedía y se acordó una reunión en la municipalidad, nombrando dos
representantes del pueblo para que expusieran sus ideas.
|
|
CAPITULO XXXVII
|
|
La reunión se
llevó a cabo con la asistencia de los ministros correspondientes, para buscar
la solución al problema, más los presidentes ejecutivos de las instituciones
gubernamentales encargadas, junto con el alcalde y el concejo municipal y la
diputada.
|
|
Además los
representantes de cada comunidad afectada y así, cada uno exteriorizó sus
temores, haciéndolo primero Mayita.
|
|
__Señoras y
señores, para mi es motivo de placer estar aquí reunida con todos ustedes y
con los representantes de las instituciones que tienen el poder para
ayudarnos Porque realmente el motivo de esta reunión es buscar una solución
pronta y efectiva al mal que nos aqueja, hoy venimos a poner el problema en
sus manos y sabemos que ustedes tienen la solución. De mi parte, soy de Estrada y e estado visitando las comunidades de las faldas de los
cerros, entre ellas la comunidad indígena de Namaldi,
en Bajo Chirripó y el río ahí a escarbado en las faldas de un cerro tirando
su cauce contra el.
Me pregunto yo ¿si fue capaz de abrirse campo contra ese cerro y
arrancar ahí tierra firme? ¿Lo
sostendrá un dique recién hecho? Los
vecinos de Corina vieron como el reciente dique fue lavado por el río en
término de un día y con sus propios ojos vieron las aguas venirse sobre el
dique?
También vieron como fue arrastrada la parte baja de Namaldi, lo que nos hace pensar que el único dique
natural que tiene el río es Corina y sabemos que si no cambia de cauce el
próximo objetivo es esta comunidad y las que queden terreno abajo o sea esto
que les digo es la crónica de muchas muertes anunciadas, y por eso vivimos en
una constante zozobra cada vez que las lluvias hacen crecer el río, tendría
mucho de que culparles ahorita, porque ustedes son los que tienen el poder en
las manos para evitar la deforestación, la contaminación y la construcción de
diques , pero el pueblo también tiene la culpa porque a
dejado que hagan lo que quieren.
|
|
Para terminar
solo les digo que no quiero que me digan que tenemos que realizar más
reuniones, porque ese es el método que han encontrado para alargar todo y nos
vamos en puras reuniones y nunca se llega a un acuerdo o cuando se llega ya
han pasado meses y hasta años. No
queremos más reuniones, queremos soluciones.
Según esta vecina de Corina, desde que pasó el terremoto estamos
siendo amenazados por una avalancha en cualquier momento y hasta el momento
no sabemos nada ni se ha hecho nada.
|
|
__Doña Amalia
apoyó lo dicho por Mayita y también otros dirigentes de las comunidades
cercanas a Corina.
|
|
El ingeniero
dijo que no había ningún peligro y que los diques que iban a construir no
tendrían nada que ver con los pueblos de arriba y que esas llenas grandes
eran periódicas, cada treinta años y que si no querían diques que de por si el vivía en un apartamento en San José en el cuarto piso
y que nunca había oído que al panadero el cliente le dijera como se hacía el
pan por lo que si no estaban de acuerdo el simplemente paraba el proyecto.
|
|
Pero los de
la comisión prometieron investigar sobre lo dicho ahí porque no podían hacer
nada si antes no se realizaban los estudios del caso, pero que buscarían una
solución pronta si era necesario de reubicación.
|
|
La reunión
finalizó y ahora lo que quedaba era esperar.
|
|
Mayita y
Carlos Antonio salieron de la reunión y buscaron entre la gente a Benito y a
Natalito.
|
|
__ ¿Que decís vos de los logros?
|
__Que ojala
que hagan los estudios rápido porque mientras tanto se puede venir otro
temporal y, ni Dios lo permita pero... creo que lo que va a pasar es que nos
van a tener que venir a poner flores al pedregal ese que dicen que se puede
venir encima de nosotros.
|
__Que feo
está eso. __dijo Benito, porque si es
cierto... que Dios nos agarre confesados.
|
__Bueno
__dijo Mayita.__ como dije antes eso si que sería
una crónica de un montón de muertes anunciadas.
|
__Si está
jodida la cosa __dijo Carlos Antonio. Ahora si que
no va uno a poder dormir tranquilo cada vez que llueva. La verdá es que
si yo tuviera plata, ya me hubiera ido, no estaría arriesgando la vida de mi
chiquita y de mi mujer.
|
__Claro, yo
también lo haría __dijo Benito__ pero... ahora sin platanal y todo enjaranado,
paso más chonete.
|
|
Doña Amalia
se acercó a ellos y les dijo:
|
__Bueno
muchachos, la lucha sigue, no crean que se terminó aquí. Ahora lo que hace falta es llamar a la
prensa e informar de esto, porque si pasa algo, al menos que no digan que no
se los dijimos y que nadie sabía nada de esto. Nada de achantarse
|
__Que va
doñita con el perdón suyo, pero esto si que lo agüeva a uno. Ya
no tenemos ni como sembrar, porque apenas se está levantando el platanillo,
viene una llena y otra vez se lo lleva.
|
__Deberían
darle gracias a Dios, allá arriba en Namaldi,
Baltimore, Corina, y Bristol el río pasa y se lleva todo y tierra y casas. Esa pobre gente quedó totalmente sin nada
de que echar mano para sobrevivir, por eso cuando ciertos funcionarios llegan
repartiendo comida para agarrar popularidad en las elecciones, con solo eso
los manejan y eso que es comida que el mismo pueblo dadivoso da con tanto
amor para las personas afectadas. Lo
que el pueblo da ellos lo utilizan para montarse en el poder. Todo está movido por la política, desde el
puesto más pequeño, hasta el más alto.
|
__A si,
__dijo Natalito__ pero no crea que aunque a nosotros no se nos lleva la
tierra estamos pasándola muy bien, también estamos feos.
|
__Si yo se que ustedes también la están pasando mal __dijo doña
Amalia__ la cosa está feísima por todos lados. No nos queda más que pedirle a Dios. ¡AH! y no se les olvide que nos reunimos
dentro de quince días., en la casa de Queo.
|
|
CAPITULO XXXVIII
|
|
Los
noticieros anunciaron para el fin de semana otro frente frío.
|
|
Los vecinos
de Corina desde que oyeron esto ya estaban nerviosos, pero más lo estuvieron
esa tarde, cuando, negros y densos nubarrones pasaban hacia la cordillera y
ya a las dos de la tarde parecía que estaba anocheciendo. Allá a lo lejos la densa neblina cubría
totalmente los cerros.
|
|
Doña Amalia,
en su hamaca, escuchó el ruido ensordecedor de un aguacero que parecía el
diluvio que venía de nuevo a juzgar aquellos pueblos humildes. No tardaron los goterones en caer en el
techo sonando como si fueran piedras.
Gruesos chorros de agua comenzaron a bajar por los canales del
zinc. Una, dos, tres, cuatro horas y
no paraba de llover. La creciente del
río comenzó a bajar con gran fuerza arrastrando troncos, árboles, yutes y
tierra, grandes terraplenes caían del paredón. Algunas personas de Corina, comenzaron a
buscar los cerros. Otras no sabían
hasta donde llegaba el peligro. Doña
Amalia oraba en su hamaca. Las sombras
de la noche cubrían todo y la electricidad había fallado. Un foco que siempre manejaba con baterías
por cualquier emergencia era su fiel compañero. La asustada mujer seguía orando. Llevó a sus hijos a una cabaña que tenía de
piso alto. Aún no tenía gradas pero
subieron por la escalera y en el piso de tablas tendieron las cobijas.
|
|
No se veía
nada. La oscuridad lo envolvía
todo. La lluvia seguía cayendo
inclemente.
|
|
En la llena
anterior el río se había llevado cinco casas y la iglesia.
|
|
__Dios mío,
¡protégenos! __imploraba doña Amalia__ ten misericordia de nosotros,
permítenos ver el nuevo día, te lo suplico.
|
|
El ruido que
se escuchaba era como si el río fuera a caer sobre todos sin ninguna
misericordia.
|
|
__Dios mío,
que amanezca pronto __oraba doña Amalia.
__¡por favor!
|
|
Cada vez que
caía un paredón la tierra cimbraba, las piedras que el río arrastraba se
escuchaban cuando pegaban unas con otras y rodaban río abajo, parecía como si
miles de ellas fueran a caer sobre el poblado en cualquier momento.
|
|
Doña Amalia
seguía orando. Sus hijos se unieron a
ella en el clamor. Todos esperaban con
ansiedad que amaneciera. Esperaban el
nuevo día y con el una nueva esperanza.
|
|
La angustiada
mujer alumbró con el foco desde lo alto de la cabaña.
|
|
__ ¡Dios
mío! El agua está pasando por mi casa
con mucha fuerza. Parece que la está
arrancando __alumbró a otro lado, hacia las basas
de la cabaña. ¿que es esto?
Aquí ya va a llegar a las basas. Esto no es posible que este
sucediendo, esto es un lugar muy alto.
¡Oh señor! Que amanezca pronto.
|
|
El cansancio
y la gran misericordia de Dios hicieron que se durmiera cuando faltaba una
hora para que amaneciera, su corazón no hubiera soportado una hora más de
incertidumbre.
|
|
Los gritos de
su hija mayor que vivía en una casa cerca de ella, la despertaron cuando ya
era de día.
|
|
__Mamaaa, mami!... ¡mami!
|
|
Sin acordarse
de que casi no podía caminar por su enfermedad, bajó la escalera corriendo.
|
|
__
¡Señor! ¿Qué es esto? ...hija... ya voy,
calma... tranquila... todo va a salir bien.
¡Dios mío! Salva a mi hija te lo suplico... ¡sálvala!... protege a mi
nieta... por favor...
|
|
La casa de su
hija estaba totalmente rodeada de agua y esta entraba ya por el piso que
medía un metro de alto, la corriente pasaba alrededor de la casa causando
terror a Doña Amalia. Iba a ser muy
difícil que salieran de ahí, pero había que intentarlo porque la casa estaba
siendo arrancada.
|
|
Su hija había
subido al cielo raso con su nieta y había arrancado una lata para subir al
techo y poder gritarle.
|
|
__Voy a
acercarme amarrada con una soga al muro.
Tomá las sogas de los caballos que tenés ahí y amárralas para que queden bien largas y
amárrales algo pesado y las tiras bien fuerte, para amarrarlas al muro,
después con mucha calma amarra a la niña con una sábana y la cuelgas a otra
sábana y hacé vos lo mismo y la venís empujando con
mucha calma y la jalas a ella, lentamente, sin ponerte nerviosa, con
calma. Yo te espero aquí, y ya juntas
es más fácil sacar a la niña de aquí.
|
|
Su hija logró
llegar al muro, y del muro, entre las dos, con la otra soga, cruzaron a la
niña amarrada y ellas con el agua al pecho... su hija de quince años consolaba
a los mas pequeños que gritaban al ver aquello, la
tierra cimbraba a los pies de ellas.
No había nada
|
|
Alrededor... ni
árboles, ni casas. Solo agua y miles
de piedras en las partes secas y en medio de todo el pequeño pedazo alto
donde había construido la cabaña...
|
|
__ Mami ¿Qué paso? __Dijo su hija llorando__ ¿Qué
vamos a hacer? El río se llevó todo...
solo estamos nosotros y horita arranca esto.
¿Qué hacemos?
|
__Lo que
hemos hecho toda la noche. No podemos
hacer nada más. Tranquila, nada nos va
a pasar.
|
__Pero... mami...
¡vea! Este pedazo también se lo va a
llevar. La corriente está corriendo
aquí también.
|
__No lo creo,
hay que tener fe en Dios. Vamos que
esos chiquillos están muy nerviosos.
|
|
Subieron por
la escalera, esta vez lo hizo lentamente y con dificultad. Se sentaron en el piso al lado de los
niños. La tierra continuaba
estremeciéndose ante la caída de los paredones.
|
|
Como no había
con que hacer desayuno la hija mayor fue a la casa de su madre que era la que
tenía menos agua, eso si amarrada con la soga y la
sábana. El agua le llegaba para arriba
de la cintura. Caminaba lentamente,
hasta que logro llegar a la casa luego fue a la cocina. Solo las cosas que estaban en alto estaban
buenas, pero había bastantes. Encontró
pan, huevos, café, arroz, azúcar, llevó la bolsa de chorrear el café, gracias
a Dios que a su mamá la gustaba el café chorreado, porque ahora no tendrían
en que hacerlo, encontró también dos barras de mantequilla, y una bolsa de
leche. Aquello era suficiente para
sobrevivir, mientras llegaban con ayuda.
|
|
Arrancó unas
tablas de la cabaña y encendió un fuego en el suelo y con las ollas que pudo
rescatar logró preparar alimentos... pero... los niños estaban tan aterrorizados
que no podían comer y el frío los hacía estremecerse porque la lluvia había
mojado las cobijas, pues la cabaña no estaba terminada.
|
|
Después de
una hora se dieron cuenta que el nivel del agua estaba bajando y que la
corriente no tenía tanta fuerza.
|
|
Dieron
gracias a Dios. Ahora a esperar que
alguien llegara. Algún vecino vendría
a ver como estaban. Pronto tendría que
aparecer un vecino.
|
|
Al medio día
prácticamente las aguas habían bajado, solo se observaba a todo lo ancho y
todo lo largo que alcanzaban a ver, un interminable playón de cientos de
hectáreas, no habían árboles, ni casas.
La casa de su hija estaba a cincuenta metros del sitio anterior y la
casa de ella estaba al borde de un gran canal que había hecho una fuerte
corriente del río que pasó por ahí.
Muchas casas fueron arrancadas de donde estaban y otras desaparecieron Un helicóptero pasó inspeccionando la zona,
y aterrizó en un banco de arena que quedó más arriba en un potrero. Dos hombres, al verlas se dirigieron a la
cabaña:
|
|
__Señoras ¿Cuántas personas hay aquí?
|
__Somos siete
__respondió su hija__ Doña Amalia solo observaba todo, no quería hablar.
|
__Muy bien,
venimos a sacarlas de aquí. __Atrás
vienen más helicópteros por los demás__
|
__Lleven a mi
mamá y a mi hermana con la pequeñita, yo me quedo para el otro viaje con los
demás niños.
|
__Como usted
quiera.
|
__Pero cuiden
a mi mamá mientras yo llego, es que desde que vio todo eso, no quiere hablar
y tiene la mirada fija y parece que no nos escucha. Allá abajo viven mis otras hermanas y
hermanos con sus niños y creo que ya se imagina lo que les pasó.
|
__Si, está
bien, nosotros la cuidaremos mientras usted llega, pero creo que necesita
atención médica, parece que está en schock.
|
|
En el
helicóptero iban observando el paisaje.
Todo era desolación, rocas y más rocas, un inmenso playón interminable
hasta la desembocadura del río. Nada
de casas, ni árboles.
|
|
El médico que
iba en el helicóptero le administró un fuerte calmante a doña Amalia.
|
|
Llegaron a la
pista, pero mucho más arriba de donde antes era la entrada a Corina. En ese lugar, como a tres kilómetros de la
antigua margen del río, habían gran cantidad de
fotógrafos de todos los medios de comunicación, reporteros y mucha, pero
mucha gente aterrorizada, con los ojos rojos de tanto llorar.
|
|
En cuanto el
helicóptero bajó, todos corrieron a encontrarlos.
|
|
__Señoras,
díganme__ que sienten ser las únicas sobrevivientes de estos poblados. Joven, usted cuénteme.
|
|
Todos
callaban, no había nada que decir.
Nadie hablaba, ninguno de los siete decía nada. No tenían palabras. El niño de diez años miraba a su madre, como
adivinando lo que pasaba por su mente atormentada. El, aunque niño, sabía lo que le estaba
sucediendo. Muchas veces lo dijo, ella
había insistido en que la gente de todos esos poblados tenía que ser
reubicada. Ella lo había dicho durante
mucho tiempo, había ido a reuniones con otros dirigentes de otras
comunidades. Todos sus amigos,
compañeros de lucha, que no tenían para donde irse y... sus hijos, sus nietos,
su pueblo.
|
|
__Señora, por
favor __dijo otro__ ¿que pasó anoche? Cuéntenos lo que vivieron usted y sus
hijos.
|
__Se los
dije, se los dije, se los dije, se los dije __decía constantemente la mujer
con los ojos fijos en el inmenso cielo que ahora lucía de un azul celeste
esplendoroso y luego miró el playón del río, repitiendo constantemente con la
mirada fija:
|
__Se los
dije, se los dije, se los dije.
|
__Dígame,
señora ¿Qué pasó?
|
__ ¿No
ve? ¡Nada! Aquí nunca pasa nada. No se han dado cuenta que nadie hace
nada. __dijo el niño mirando
angustiado a su madre, que solo repetía:
|
__Se los
dije, se los dije, se los dije.
|
|
CAPITULO XXXIX
|
|
Una
interminable fila de carros se parquearon en el
lugar hasta donde ahora llegaba la pista y comenzaba el inmenso playón.
|
|
Muchos eran
los que se habían tomado el tiempo para hacer acto de presencia a la
ceremonia fúnebre por el descanso del alma de todas aquellas personas que
habitaban en aquel lugar.
|
|
Aquello había
sido una terrible desgracia. Realmente
fue una desgracia.
|
|
Una fila de
helicópteros enviados por otros países volaban sobre el área tirando flores.
|
Los señores
asistentes al acto se enjugaban los ojos, con gestos de profunda tristeza.
|
|
__Que acto
más bello__ dijo el señor alcalde__ ¡Nunca lo olvidaré!
|
|
Ellos se lo
merecen.
|
|
__Esto y
más__ dijo la diputada que estaba al lado de el
escuchándolo __yo voy a mandar a hacer un monumento en memoria de todas estas
comunidades desaparecidas, con el nombre de ellas__ dijo ante las cámaras de
una revista regional que se encargaba de publicar todas las obras realizadas
en la provincia. __Esto me llena de
sentimiento__ dijo enjugándose los ojos__ no lo puedo soportar, disculpen,
pero creo que voy a llorar. Pobre
gente... ¡Que desgracia!
|
|
Mientras
tanto allá en el hospital de la provincia, doña Amalia era visitada por su
hija.
|
La habían
tenido que atar de pies y manos porque golpeaba las paredes y gritaba
constantemente.
|
|
__Sáquenme de
aquí, sáquenme de aquí, suéltenme, suéltenme, se los dije, se los dije, se
los dije. Que me suelten, que me
suelten.... Se los dije... se los dije.
|
__Mamá... hoy
van a hacer un acto muy bonito en memoria de los desaparecidos... mamá... ya pasó
todo... por favor reacciona... por favor...
|
__Tengo que
salir... se los dije... ellos no necesitan nada ya... para que actos bonitos... ya no
están... se los dije... la burocracia los mató... ese montón de papeleos... se los
dije...
|
Ya no repetía
lo mismo...había agregado más palabras a su vocabulario. El doctor le dijo a su hija que eso era una
mejoría.
|
La hija le
dejó dinero en la gaveta a su madre y se marchó muy contenta por lo de la
mejoría.
|
|
Doña Amalia
guardó silencio...mucho silencio...con su mirada fija en el techo.
|
|
Las imágenes
de sus hijos, sus nietos, sus compañeros de lucha, Mayita y su linda
niña. Carlos Antonio, Natalio. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus
mejillas, abundantes, como queriendo lavar el dolor.
|
|
Todo quedó en
silencio. Doña Amalia no gritó más.
|
Una enfermera
pasó a darle los medicamentos de rutina... doña Amalia no estaba en la cama...
|
|
__Doña
Amalia__ llamó la enfermera. Fue a
buscarla al baño... No estaba. La buscaron en todo el hospital.
|
|
Allá en el
centro de la provincia, doña Amalia con el traje que le había dejado su hija,
compraba en una tienda de productos agrícolas, dos kilos de... luego pasó a una
farmacia y compró un kilo de... pasó al súper mercado y compró una bolsa de
carbón y por último tres trozos de tubo, lo demás siempre andaba con ella
entre sus pertenencias en el bolso.
|
|
Después de
mezclar todo rápidamente, pues era diestra en eso, se fue a la pista. El dinero que le había dejado su hija mayor
para cuando le dieran la salida que pagara un taxi, le había alcanzado y le
sobró. Esos eran materiales muy
baratos, estaban al alcance de todos, hasta de un buen lector que le gusta
aprender de todo, y ella había sido durante toda su vida una buena lectora,
desde que era niña, y desde que era niña le había gustado experimentar, por
eso, por eso... había aprendido a fabricar aquello.
|
|
Ya en la
pista, se dedicó a hacer señas a los carros que pasaban, hasta que por fin
consiguió que alguien se apiadara de ella y después de parar el chofer le
preguntó:
|
__ ¿A donde va señora?
|
__Al acto de
despedida de todos esos pueblos que se llevó el río,
|
__y llorando
le dijo __es que ahí vivían mis hijos y mis nietos.
|
__Yo voy para
allá, suba, yo la llevo.
|
|
Ya doña
Amalia se veía más serena, su semblante no era el mismo, como quien ya aceptó
su realidad por cruel que fuera.
|
|
El acto, con
asistencia de las instituciones encargadas de ayudar al pueblo, algunos
ministerios y representantes de comunidades cercanas, estaba por finalizar,
pero todavía podía tardar unos cuarenta y cinco minutos, tiempo que
necesitaba doña Amalia.
|
|
La mujer pasó
desapercibida. Era una más del pueblo
en un acto con la prensa y cámaras donde los funcionarios tienen que brillar
ante los demás funcionarios. El pueblo
siempre pasa desapercibido. Nadie lo vuelve
a ver.
|
|
Colocó los
tres pedazos de tubo ya listo, en lugares estratégicos, con trozos de mecha
que la dieran tiempo entre uno y otro.
Además había mucha vegetación y nadie notaba lo que estaba haciendo.
|
|
Encendió una,
luego la otra... después la otra... y se retiró.
Uno de los tubos lo puso en uno de los carros que estaban parqueados
en fila, pero tampoco fue notada.
|
|
Caminó por la
orilla de la carretera... caminó hasta alejarse del lugar, luego... se escuchó
una explosión a muchos kilómetros... una inmensa columna de humo se elevaba,
siendo notada por los poblados cercanos.
|
|
Allá en la
pista, caminando sin rumbo, con la mirada fija hacia adelante, el pelo
revuelto y sus ropas raídas y sucias...
|
__...se los
dije...se los dije...se los dije.
|
|
Nadie reparó
en aquella pobre loca.
|
|
Los medios de
comunicación, los noticieros... hablaban de lo sucedido como que los
responsables fueran grupos terroristas de otro país lejano.
|
|
El tiempo
transcurría, la corrupción agazapada, seguía creciendo, los altos
funcionarios seguían marchando en sus carros de lujo, habitando en palacios
modernos, con cuentas en bancos extranjeros, con grandes privilegios.
|
|
Los recursos
del estado y las ayudas internacionales para el pueblo, quedaban en esas
cuentas sin que nadie pudiera probarles nada... ellos eran genios.
|
|
Mientras el
pueblo enloquecía, la miseria se apoderaba de sus hogares, el hambre, la
deserción a la escuela, la prostitución infantil... las drogas, el alcoholismo
clavaban sus garras en todo el país... los bancos remataban las propiedades por
falta de pago. El pueblo se hundía en
la miseria y el abandono
|
|
Por las
calles, sucia, con el pelo revuelto y sus pies descalzos, caminaba doña
Amalia...
|
|
...se los dije,
se los dije... vagaba sin rumbo... dormía donde la cogía la noche y... junto a
ella... el pueblo también enloquecía... y nadie se daba cuenta. Ellos no tenían tiempo... el pueblo estaba
bien así.
|
|
Era un pueblo
culto, en las escuelas y colegios se les enseñaba que el país progresaba, que
la naturaleza se protegía y que los candidatos políticos eran abnegados y
sufridos padres de la patria constructores de un futuro mejor.
|
|
Fin
|
|