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IV.  LA GUARIA MORADA

 

 

AUNQUE LAS orquídeas son de reciente cultivo, durante muchos siglos han ejercido fascinación en la humanidad, admiradas por su rara belleza, su romántico misterio e inclusive se le han atribuido supuestos poderes curativos mágicos ("Nuestras mágicas orquídeas", La Nación (San José, CR), 10 de julio, 1977, p. 4.).

 

La orquídea forma parte de una de las más numerosas familias floríferas.  En el continente americano al menos, es una planta que por su gran belleza la ha llevado a convertirse en flor nacional de algunos países como Colombia, Costa Rica, Guatemala y Panamá y ser la representativa del estado de Minnesota en los Estados Unidos (Ibídem., p. 4.).

 

Es una especie muy difundida y sumamente fuerte y resistente, ya que al poseer tubérculos y seudobulbos que retienen la humedad las plantas pueden resistir largos períodos de sequía.  Su hábitat es tan variado como su distribución geográfica.

 

Las orquídeas son epifitas, aunque algunas especies comienzan sus vidas como terrestres y se cambian luego a éstas.  La flor es la que determina si una planta pertenece o no a la familia de las orquídeas; su configuración es de tres pétalos, uno de ellos en forma de labio.  En la corola sobresale una carnosidad tubular que contiene los dos órganos reproductores: los estambres, órganos masculinos que producen el polen, y el pistilo, órgano femenino donde se produce la semilla.  La polinización se da generalmente por medios externos, participan aves o insectos, la autopolinización sólo se da en un tres por ciento de las especies.  Es por esta razón que sus corolas se adornan con la más viva profusión de colores y olores, atrayendo a los agentes polinizadores.

 

La amplia variedad de colores está representada en las orquídeas casi en su totalidad, desde los más raros tonos de azul hasta la infinita variedad de rojos, morados, amarillos y verdes y las apreciadas orquídeas blancas.  El olor de la orquídea puede ser suave como la brisa o fuerte e intoxicante, llegando a veces hasta lo desagradable.

 

El tamaño varía siendo en ocasiones casi tan pequeña como la cabeza de un alfiler o alcanzando entre otras, el tamaño de un flamante lirio.  Su consistencia también puede variar, entre lo delicado y frágil hasta lo fuerte y duradero.  Sus raíces son en general de color claro, lustroso, cubiertas de un tejido absorbente de células en espiral; al extremo toman el tinte verde y están protegidas con epidermis, de unos treinta centímetros de longitud.  En similar medida se encuentran sus tallos; pocas plantas tienen una variedad tan grande, los hay cortos, largos, rastreros, delgados a veces, con rizomas carnosos y seudobulbos (Anastasio Alfaro, "Las orquídeas", La Nación (San José, CR), 7 de marzo, 1976, p. 8.).

 

Las hojas presentan nervaduras longitudinales, forma ovalada, borde liso, cortas o largas, enjutas en unas y tan carnosas en otras que llegan a tener la apariencia de cilindros; el color verde se torna amarillento, renegrido, morado y con manchas de sepia y matices muy diversos según la especie (Ibídem., p. 8.).

 

Para los cultivadores de orquídeas las condiciones de vida apropiadas constituyen el secreto para su reproducción; es una flor que necesita toda la luz que se le pueda suministrar sin maltratar la planta; una temperatura de 13ºC durante el día y de 10ºC durante la noche; la humedad atmosférica se ubica entre 40 y 85 por ciento; requiere aire en movimiento y un medio de soporte adecuado que le proporcione agua y alimento necesario sin dañar sus raíces.

 

El nombre científico de la orquídea es Catleya y debe esta denominación al horticultor inglés William Catleya.  Hacia 1818 llegaron las orquídeas a Londres y correspondió a éste ponerlas en floración ya que a su recibimiento tan solo eran el relleno de un cajón de musgo.  Así que fue en honor a este descubridor que posteriormente las orquídeas fueron clasificadas dentro del género botánico Catleya.  En cuanto a la guaria morada se dice que fue

 

"... descubierta en Guatemala por el colector de orquídeas inglés George Ure Skinner, quien la envió a Inglaterra a James Bateman coleccionista de orquídeas y la describió y dibujó en su obra titulada ‘Las orquídeas de México y Guatemala’, publicada entre 1838 y 1843.  En honor a su descubrimiento se denomina Catleya Skinneri"(Sandra González V., "Orquídeas preciosas joyas naturales", La Prensa Libre (San José, CR), 15 de enero, 1999, p. 5.).

 

En el mundo existen más de veinte mil variedades de orquídeas (Ibídem., p. 4.) siendo en su mayoría epifitas, o sea que viven en una asociación no parasitaria con árboles, rocas u otros organismos muy diversos que las raíces de la planta utilizan para trepar, pero no para extraer alimento.  En Costa Rica la generosidad de la naturaleza hace de ella una especie muy abundante y casi perenne, principalmente por la humedad de nuestras áreas boscosas.

 

Los aficionados a su cultivo realizan experimentos con cruces entre las diferentes especies, logrando una increíble variedad de híbridos; sin embargo, la paciencia es su mejor virtud, ya que deben esperar al menos siete años para saber definitivamente el resultado del híbrido ("Nuestra bellísima flor nacional", La Prensa Libre (San José, CR), 26 de mayo, 1988, p. 2.).

 

El nombre científico de la guaria morada fue hasta abril del 2003, Catleya Skinneri; ya que a partir de esta fecha tiene un nuevo nombre, se llama Guarianthe skinneri.  Durante el desarrollo del Primer Congreso Internacional de Orquideología Neotropical, celebrado en Costa Rica del 20 al 25 de mayo del 2003 y organizado por el Jardín Botánico Lankester de la Universidad de Costa Rica (Robert L. Dressler y Wesley E. Higgins, "Guarianthe, a generic name for the "Catleya skinneri complex", Lankesteriana 7: 37-38, may., 2003.); el científico estadounidense Dr. Robert L. Dressler presentó públicamente la variante del nombre científico de nuestra flor nacional.  El experto Dressler -junto con otro grupo de científicos estadounidenses- analizó el ácido (ADN) de un grupo de orquídeas de Centro América; el resultado del estudio concluyó que la guaria morada no tiene las características de la Catleya como antes se creyó.  Por lo tanto, Dressler y su colega Wesley E. Higgins se dieron a la tarea de buscar un nombre y finalmente decidieron que ésta debería llamarse Guarianthe skinneri, del que se conservó la palabra guaria y se le adjuntó ante, que proviene del griego y significa flor.  Es la más abundante en su género, tiene tallos con dos hojas y racimo de flores lila ("morada").  Su labelo enrollado en forma de corneta con el borde delantero de color lila muy intenso, seguido de una garganta blanca con un tinte amarillento y de una mancha morada en el fondo.  Se le encuentra desde Guatemala a Costa Rica y florece principalmente en febrero, marzo y abril.

 

La guaria morada es una de las orquídeas más llamativas y atractivas; aún cuando existen suficientes en jardines y zonas urbanas, las plantaciones nativas han sido tan diezmadas que actualmente son casi inexistentes.  En el siglo pasado se reportaban en el Valle Central, pero ahora resulta casi imposible observar poblaciones en el campo, excepto en algunas zonas de la costa Pacífica, especialmente en las ramas más altas de las copas de los árboles cercanos a los cauces de agua.

 

De acuerdo con los científicos, la descripción diagnóstica de esta flor es:

 

"... Epifita.  Pseudobulbos levemente sulcados, 12-28 x 2-3 cm.  Hojas dos por pseudobulbo, 8 - 18 x 3,5 - 6 cm, con una espata como papel suave entre ambas hojas.  Inflorescencia 8 - 15 cm, terminal, erecta, con pocas flores; sépalos y pétalos rosados a rosado morado, labelo similar en color a los sépalos, más claro en la base.  Fenología: De enero a mayo.  Hábitat: Bosque seco en transición a húmedo; 600 - 1. 400 m.  Distribución: Del sur de México a Costa Rica.  En Costa Rica en las cordilleras de Guanacaste y Tilarán (Valle de San Luis), Península de Nicoya, Cerros de Esparza, Valle del Candelaria, Valle Central (casi extinta) y Valle del General"(Francisco J. Morales, Orquídeas, cactus y bromelias del bosque seco (Heredia, CR: Instituto Nacional de Biodiversidad (Inbio), 2000), p. 44.).

 

La elección de la guaria morada como flor nacional tuvo un proceso que se inició en 1936.  La misma se fundamentó en dos peticiones casi simultáneas; una de ellas fue hecha por Leticia de Southerland, fundadora de la Exposición Anual de Flores Tropicales de Miami, Florida.  La otra se dio el 12 de agosto de 1936 cuando el director de Parques y Jardines de la Municipalidad de La Plata, República de Argentina, el Ing. Alberto V. Oitaven le remitió una carta al Cónsul General de Costa Rica en Buenos Aires, Pablo Wedel Quirós, con el objeto de conocer cuál era la flor nacional o tradicional que se consideraba símbolo en Costa Rica.  Además requería los datos referentes a los motivos de tradición que la consagraban como "Flor Nacional o Popular", ya que en la ciudad de La Plata se estaba creando el Jardín de la Paz que crearía el "Monumento viviente de la Paz," en el cual todos los países estarían representados por su flor.  También en esta misiva se solicitaba que se

 

"...enviara, a la mayor brevedad, tres ejemplares de la planta, semillas de la misma o fotografías con sus características botánicas con el fin de que el 19 de noviembre de 1936, al cumplirse el aniversario de la fundación de la ciudad de La Plata, fuera entregado al público, en presencia de las autoridades argentinas y los representantes diplomáticos de todos los países, ‘El Jardín de la Paz’"(Ricardo Orozco Saborío, "Verdadera historia de la Flor Nacional: Guaria Morada", La Gaceta: diario oficial (San José, C. R. ), 14 de julio, 1993, Año III (28), p. 2. En: Humberto Mora Barquero, José María Orozco, San José, CR: Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes: Dirección de Publicaciones, 1982, pp. 46-47.).

 

De inmediato el Cónsul General envió el mensaje al Secretario de Estado en el Despacho de Fomento, Ing. Ricardo Pacheco Lara.  Al recibo de esta solicitud el Ing. Pacheco se dirigió al Centro Nacional de Agricultura en San Pedro de Montes de Oca donde el asunto fue asignado al Prof. José María Orozco Casorla, Jefe de la Sección de Botánica.  En ese momento Costa Rica no tenía designada ninguna flor nacional, por lo que el señor Orozco propuso a la Secretaría de Fomento que se designara a la guaria morada (Catleya Skinneri Batem).  Dado que la Secretaría de Fomento y Agricultura aceptó la proposición, ordenó mediante oficio N° 105 con fecha 11 de enero de 1937 al Centro Nacional de Agricultura, proceder con los trámites necesarios para dar cumplimiento a lo solicitado.  De esta manera, la planta junto con su descripción botánica, fotografías y toda la información relacionada con la misma, fue remitida de inmediato por el profesor Orozco quien personalmente se encargó de tomar el ejemplar de la colección que tenía en el Jardín Botánico que hoy lleva su nombre y que se ubica en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio (Humberto Barquero Mora, Óp. Cit., pp. 46-47.).

 

La Guaria Morada se designa como flor nacional mediante el Acuerdo N° 24 del 15 de junio de 1939, a través del Despacho de Fomento y Agricultura.

 

Información tomada de:

Ana Patricia Pacheco Ureña

COSTA RICA: sus Símbolos Nacionales

Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural

Ministerio de Cultura y Juventud