Cuando se comenzó a producir y por lo tanto
a transportar el café, el único transporte que existía eran los caballos y
las carretas tiradas por bueyes. Pues
resulta que amansar bueyes era como una profesión, había personas que se
dedicaban solo a adiestrar bueyes, pero era un proceso largo, había que
amansar los novillos, lo cual tardaba algún tiempo, dependiendo de cada
animal, luego se fe ponía un mecate en los cuernos, el cual se le dejaba
permanentemente. Pasado algún tiempo
se le ponía una yugueta, que era una pieza de madera con la forma de la testa
del animal, amarrada permanentemente por detrás de los cuernos, y así se
dejaba por algún tiempo. Eso se hacía
con dos novillos a la vez, los cuales iban a formar luego la yunta. Después de eso se enyugaban los dos a un
yugo verdadero, pero sin la carreta, y se caminaban bastante para que los
animales aprendieran a caminar enyugados.
Después de un tiempo se le amarraba al yugo una vara larga para que
los bueyes la arrastraran y se acostumbraran a tirar de una carga y a oír un
ruido detrás de ellos; y finalmente, cuando ya estaban acostumbrados, se les
amarraba la carreta al yugo. Era un
proceso que podría tardar desde seis meses hasta un año o mas, y los bueyes
aprendían a hacer su trabajo siendo uno derecho y el otro izquierdo, y no
podían cambiarse porque se extraviaban y entonces no hacían su trabajo. Pues resulta que a don Tobías se fe ocurrió
hacer, e hizo, un yugo para tres bueyes, que era un yugo para "enseñar
bueyes", de tal manera que se colocaban dos bueyes viejos y mansos en los extremos,
luego se amarraba en el centro un novillo joven, que podría nunca antes haber
sido amarrado, fuego el trío de animales se llevaba a dar un paseo de unos
treinta kilómetros ida y vuelta (desde San Marcos hasta el Empalme), por
supuesto que el novillo joven al principio iba brincando, corcoveando y
pataleando, pero los bueyes viejos, adiestrados y mas pesados iban a ambos
lados, de tal manera que al novillo joven, inexperto y mas liviano, no le
quedaba mas que aprender, y en una o dos giras como esa, quedaba ya
adiestrado, con la ventaja de que podía ser derecho o izquierdo.
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