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Manos de hierro

 

Basado en la vida real de Digna Calderón

 

Recuerdo que todo inició cuando apenas terminaba de cumplir mis quince años, me enorgullece decirlo pero a mi tan corta edad ya había tratado de formar junto con mi esposo un hogar, el cual con el transcurso del tiempo engendraría a cuatro hijos, ellos se convirtieron en el ayer en el hoy y el futuro con el que gira mi vida.

 

No me gusta traer para nada a mi mente una que otra situación que tuve que presenciar cuando mi marido llegaba con unos traguillos de más, nosotros tratamos de jugar con la ruleta del destino, pero fue ella quien jugó contra mi vida, yo no atributo a que una desgracia se haya empeñado conmigo, sino en aquel momento traté de pensar que Dios quiso ponerme una dura prueba o que Él quería probar tan grande era mi fuerza de superación, o por qué no Dios sabía que tenía mis dos manos de hierro para sacar adelante a mi familia; si, mi esposo me abandonó, quedé viuda cuando tenía veinticinco años.

 

Fueron momentos demasiado difíciles, con cuatro niños por los que tenía que luchar, el mayor cursaba los ocho años, y el más pequeño... aún dormía en mis brazos.

 

Viví por un sueño, soñé con una anhelo, anhelé hasta el más profundo de los imposibles, y hoy esos imposibles vieron la realidad de la luz gracias a estos manos que tengo, ellas fueron mis aliadas perfectas para tomar cada mañana la herramienta que me llevaría encontrar las sendas de la superación.

 

Las personas me preguntan cómo hice para trabajar al campo o cómo hice para olvidar tan rápido aquella noche que me dijeron en la que encontraron a mi esposo en el sueño profundo de la muerte, pero en mi conducta no existen lamentos del porque la vida se ensañaba contra la humildad de mi familia, sino prevalecen las acciones que hagan surgir del abismo del sufrimiento el espíritu luchador, para poder así seguir luchando contra el mito del que lleva la comida a la casa es el hombre, que el hablar del futuro solo me es útil si me hace actuar ahora.

 

Hoy puedo decir que valió la pena levantarme con el sol, de haber velado el sueño profundo de mis ojos, y de haber realizado junto con mi familia el ahora que estamos viviendo.

 

"Lloramos por lo poco que nos hace falta, sin comprender que las lágrimas nos impiden ver los mucho que poseemos"

 

Idea de CATY